Hace ocho meses que no funciona el único refugio para niños en situación de calle de Neuquén
Los trabajadores piden una nueva casa para brindar el servicio ya que la actual presenta numerosos inconvenientes.
Las declaraciones del ministro de Salud y Desarrollo Social de Neuquén, Ricardo Corradi Diez, sobre el refugio de niños y adolescentes en situación de calle que no funciona hace ocho meses provocó la manifestación de los trabajadores del sector.
Ayer el funcionario aseguró, en declaraciones a LU5, que la intención es encontrar una casa para que el dispositivo retome sus funciones pero “se tienen que poner de acuerdo tantas personas que cuando te pusiste de acuerdo con el propietario, no te pones de acuerdo con las personas que van a trabajar porque no les gusta o les falta o quieren algo”.
Sin embargo, el delegado Roberto Bobadilla manifestó que desde el Ministerio no se ofreció ninguna casa y la que se encontraba en trámite fue ubicada por los trabajadores.
Según Bobadilla el inmueble fue puesto nuevamente en alquiler porque venció la seña de 15.000 pesos que pagó el Ministerio hace dos meses ya que Corradi Diez no autorizó el alquiler.
“Nos parecen de mal gusto las declaraciones que realizó el ministro” dijo Bobadilla y contó que durante la mañana realizaron una radio abierta en el monumento a San Martín para informar a la población la situación actual del refugio.
Un colapso cloacal del edificio mantiene al único hogar de niños y adolescentes en situación de calle que hay en Neuquén con sus puertas cerradas. Los problemas comenzaron en noviembre y, desde entonces, los trabajadores denuncian que no fueron solucionados y 35 chicos y chicas no tienen a dónde ir.
El establecimiento está ubicado en Rivadavia 828 y es una vivienda que alquila el ministerio de Desarrollo Social de la provincia. “Hasta el momento nadie ha dado una respuesta. Hemos tenido reuniones con Gustavo Burgos, que es de quien dependemos, y antes de las Fiestas había comprometido la mudanza a una casa nueva el 15 de enero. Llegada esa fecha no hubo ninguna solución y enviamos una nota pidiendo una respuesta en 72 horas. Los plazos ya se vencieron y decidimos salir a visibilizar la situación en los medios”, explicó Roberto Bobadilla, trabajador del lugar.
Contó que el refugio brinda contención a 35 niños y adolescentes de entre 8 y 18 años para que realicen allí sus tareas escolares, se higienicen, puedan comer, lavar su ropa y establecer vínculos con adultos y pares.
“El contacto diario que teníamos con los chicos se ha perdido y eso dificulta la tarea diaria. Va a ser muy difícil restablecer la confianza”, planteó Bobadilla. “Hay un nivel de desidia del Estado provincial porque no estamos hablando de expedientes ni números: son chicos que, desde hace cuatro meses, no pueden ir a un lugar que, para muchos, es lo único que tienen. Nos parece una burla que no se pueda disponer una casa para que los chicos tengan un lugar a dónde ir”, cuestionó.
El edificio donde están actualmente posee dos baños para los niños y adolescentes que asisten y uno para el personal. Por el desborde, no pueden utilizarse.
El año pasado, también en febrero, hubo otro conflicto porque desde la municipalidad –que mantenía un convenio con la provincia– se había pedido el desalojo del lugar por el vencimiento del contrato.
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