Tomarse una pausa, una herramienta fundamental
La psicopedagoga Laura Collavini reflexiona sobre la importancia de poder encontrar espacios propios en la rutina. ¿Por qué necesitamos poner un freno momentáneo? ¿Qué nos aporta?
Un momento, una pausa, una necesidad. Una oportunidad. ¿Qué es una pausa? Un momento en el tiempo, detener la marcha por un breve período. ¿Cuál es el objetivo? Puede tener muchos. En lo referente a una persona adulta, infante o joven una pausa es útil para observar con otra distancia lo realizado, recuperar energías. ¿Es necesario? Indispensable. Estudios cada vez más frecuentes de diversos lugares del mundo comentan la necesidad de trabajar en buena calidad de ambiente y con espacios dispuestos para “la pausa”. Esto genera mayor rendimiento laboral.
Pero no nos centremos en este momento en el trabajo. Hagamos hincapié en el descanso, en “la pausa”. Se habla poco y se desea mucho. Las vacaciones, no son, ni más ni menos que una pausa en el año. Con similares objetivos personales. Tomar distancia es excelente entre otras cosas para recuperar fuerzas, mirar lo realizado en el año, proyectar hacia el futuro, “poner la cabeza en blanco”. Es el momento también de diversión, de búsqueda de placer. Y desde acá surgen variables. Conocer lugares nuevos. Ir a lo conocido y seguro. Recorrer mucho o preferir distancias cortas. Cantidad de días, dinero disponible, etc. ¿Pero en este contexto podemos plantearlo así? La sensación que me surge para compartir es “raro…”.
1. ¿Son vacaciones para la niñez y adolescencia?
2. ¿Cómo pueden descansar con este contexto?
3. ¿Qué se puede planificar?
4. ¿Vacaciones con protocolos sí y escuela con protocolo no?

Déjenme por favor volver a enunciar… Raro… Haciendo esta salvedad primordial volvamos al tema de receso escolar.
¿Qué esperamos de las vacaciones con mi persona y mi entorno? Intentaré explicarlo: Vivimos en una sociedad que a diario nos exige más y más. De cada uno de nosotros. Grandes y chicos. Los horarios son estrictos. Los tiempos se escurren entre las manos y tal vez pasan muchos días sin recordar cuándo fue la última vez que tuve una charla interesante con mi pareja o cuándo miré detenidamente a mi hijo sin peinarlo ni darle una orden. Solo contemplar. Porque sí, jugar un rato o conversar tranquilos. Momentos de ocio. Es aquello que nos falta en general. El ocio es tomado como no hacer nada, o vagancia…pero es otra palabra mal usada ya que el ocio es una puerta hacia la creación. Momentos de ocio, tiempos de encuentro…
Encontrarse con nuestro mundo es un desafío del que muchas veces huimos. Posibilidad de estar a solas y/o acompañados. Estar solo es un ejercicio enriquecedor. Es conocerse y respetarse.
Por supuesto también es estar en pareja y en familia. Rescatando aquello que en el día a día y en forma casi inevitable nos es sustraído. La posibilidad de un encuentro. Incluso compartir el silencio. Inventar un juego. Tomar alguno inventado. Caminar descalzos y sentirse parte de la naturaleza. ¡Atención! No dije hacerse parte, porque ya somos naturaleza. Sólo debemos recordarlo. Intentaremos estos días acompañar a conectarnos con el placer, la diversión, la meditación que a veces se asocia con aburrimiento…
Pero tengo una perla para este tiempo que venimos desarrollando en varias oportunidades y trataremos de enlazar partes. El protagonismo en nuestras acciones.
¿Por qué lo asocio con las vacaciones? Porque el protagonismo tiene relación directa con el auto conocimiento. No el hacer porque sí, ir de acá para allá resolviendo situaciones sin registrarme; sino conocerme, encontrarme con mis luces y sombras, registrar quién soy, que no es lo mismo que definirme por lo que hago.
Esto es válido para grandes y chicos. No es sólo una cuestión de adultos. A los chicos también los sumergimos en nuestra vorágine de responsabilidades y actos, o los dejamos que se inunden de pantallas para olvidarse de ellos mismos y queden alienados con juegos que no son juegos y acciones que no son propias…” Maté a 100”; “Salté re alto…” “Construí un edificio”. ¿Cuántas de todas esas cosas son reales? Ya lo hablaremos….
Que el tiempo de ocio de chicos y grandes sean de encuentro con uno y con el otro, con nuestra historia y nuestro presente. No hay futuro real si ni vemos hacia atrás y nos reconocemos en el ahora.
Un momento, una pausa, una necesidad. Una oportunidad. ¿Qué es una pausa? Un momento en el tiempo, detener la marcha por un breve período. ¿Cuál es el objetivo? Puede tener muchos. En lo referente a una persona adulta, infante o joven una pausa es útil para observar con otra distancia lo realizado, recuperar energías. ¿Es necesario? Indispensable. Estudios cada vez más frecuentes de diversos lugares del mundo comentan la necesidad de trabajar en buena calidad de ambiente y con espacios dispuestos para “la pausa”. Esto genera mayor rendimiento laboral.
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