A medida que sube el decibelaje de su intolerancia discursiva, Milei tensa la cuerda del debate hacia un extremo que convierte a Alberto en el moderado que prometió ser. Jorge Luis Borges lo leyó pensando que era una sátira y se encontró con una sociología incisiva. Era la “teoría de la clase ociosa”, de Thorstein Veblen, hijo de noruegos nacido en EE.UU. Veblen define esa clase ociosa como un estrato social cuyo extraño deber es gastar dinero ostensiblemente. Su rol sistémico es der