El debate sobre el problema del narcotráfico en Rosario volvió a mostrar que la clase política argentina, embarcada en la campaña electoral, solo ofrece respuestas espasmódicas y efectistas a problemas profundos que afectan la vida cotidiana de la población, a menudo sin detenerse a considerar las consecuencias de largo plazo que pudieran tener. La creciente violencia en la tercera ciudad del país por el accionar del crimen organizado tiene décadas. Sin embargo, quedó evidenciada en los últ