En Cipolletti, una niña escuchó emocionada su sentencia de adopción en el edificio judicial. La sala estaba llena de alegría y entusiasmo. En las paredes había globos que decoraban la oficina. La niña, estaba acompañada de su familia adoptiva, también las trabajadoras del organismo presentes en la sala celebraban este momento especial. La pequeña le susurró a su mamá: "Ahora vamos a estar juntas para siempre". Sin dudas, la presencia de la niña cambió la rutina en el juzgado de Cipoll
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