Tras casi un siglo de parroquiales desvaríos y veleidades ideológicas, iniciadas con las extravagantes revoluciones del ’30 y del ‘43, no quedan dudas en la Argentina de que el mundo plural contiene la clave para su despegue y, como corolario, que la Política Exterior ofrece el instrumento idóneo para asumir dicho desafío, lo cual plantea el dilema metodológico de cómo situarse frente a tamaña empresa de concebir e implementar una estrategia internacional acorde a, malgré elle-même, una natural