Quedaron varados cerca de Villa Pehuenia, los ayudaron «dos ángeles» y ahora quieren agradecerles

Buscaron por dos meses a la familia de Centenario que los ayudó.

Un viaje que prometía ser increíble se convirtió en una odisea para una familia de Buenos Aires que, tras un accidente, quedó varada en la cuesta del Rahue. Luego, ese lugar fue testigo de un hecho conmovedor: fueron rescatados gracias a la solidaridad de desconocidos.

Gabriela Arredondo relató a Diario RÍO NEGRO todo lo vivido junto a su marido y sus cuatro hijos hasta el día de hoy.

Contó que el accidente ocurrió cuando volvían de su estadía en Villa Pehuenia. “Ese 28 de julio partimos a las 9 de la mañana y llegamos a Zapala a las 10 de la noche, sanos y salvos gracias a los ángeles que nos ayudaron” expuso Gabriela.

La mujer señaló que la vista en la cuesta del Rahue los obligó a para admirar el paisaje, y por supuesto sacar fotos. Sin embargo, ese momento fue el principio de una odisea desesperante.

“Nos subimos al auto para seguir el viaje, pero nos dimos cuenta de que teníamos una rueda en llanta”, dijo. “Veníamos seis y el auto supercargado” comentó.

A pesar del contratiempo decidieron seguir hasta encontrar un lugar seguro. “Seguimos camino y nos dimos cuenta de que teníamos la otra rueda trasera desinflada también”, indicó. En ese momento fue cuando comenzaron los miedos.

Con el peso el auto, intentaron seguir con el viaje. “No había señal ni nada, así qué pensamos en parar a algún camión para ver si tenían compresores y nos podían dar una mano con la rueda”, comentó la turista. Sin embargo, ninguno podía ayudarlos.

Apareció una estancia a los lejos que parecía ser la oportunidad que necesitaba la familia bonaerense. “No tenía timbre y gritamos lo más que pudimos, pero no conseguimos que alguien nos atienda”, lamentó.

Esa situación determinó que la familia tome una decisión. Había que parar el auto. “Era nerviosismo puro. Hace unos años nos pasó una situación similar, así que estábamos bastante asustados”, comentó la mujer.

Fue un lugareño la primera persona que paro para ayudar. “Nos dijo que vivía arriba y que tenía internet, que nos podía ayudar», contó Gabriela. La mujer le pidió al hombre que pida un remolque a la estación de servicio más cercana.

“Nos volvimos a quedar solos”, mencionó Gabriela. “Nos imaginábamos pasando la noche y me daba terror por los chicos”, expresó. Lo que no sabía es que otra familia, como la de ella pero oriunda de Centenario, sería quien los ayude a llegar sanos y salvos a destino.


Quedaron varados y los ayudaron «dos ángeles»


“Nos cruzamos con dos ángeles”, comentó la mamá de la familia. “Nosotros no los frenamos, frenaron de la nada, aún no creo como nos cruzamos a unas personas tan amables”, manifestó la protagonista de la historia.

Es que en medio de la nada, Abel y Yésica, dos gasistas de Centenario que viajaban con dos niñas, pararon para ayudar a los turistas.

“Justo tenían un compresor y se quedaron con nosotros mínimo tres horas”, relató. Los centenarienses sugirieron prestarles hasta la rueda de auxilio, pero los turistas se negaron.

“Logramos recuperar un poco una de las llantas y reemplazamos la otra con la rueda de auxilio,que era muy chica, pero así llegamos a dos por hora llegamos a Zapala”, dijo Gabriela. Contó que en la ruta se cruzaron al remolque que había pedido el lugareño. «Él también cayó del cielo», mencionó.

La familia recuperó una llanta con el compresor y la otra la reemplazo por una de auxilio pequeña. Foto: Gentileza.

En forma de agradecimiento les regalaron a los centenarienses una caja de alfajores que traían de sus vacaciones, sin embargo, para Gabriela no bastó ese gesto y se puso en campaña para recompensarlos.


Los salvaron y ahora quieren agradecerles


Gabriela contó que entre tanto misterio y nerviosismo pensó que le habían pedido el nombre y contacto a la familia valletana, pero no fue así. “Solo sabíamos que eran de Centenario y yo les quería agradecer, así qué empecé a mandar mensajes para dar con ellos”, narró.

La familia estuvo casi dos meses tratando de dar con el paradero de los gasistas de Centenario. “Mandé mensajes por todos lados, hubo gente que nos ayudó y nos dijo que iban a hacer una cadena de difusión, todos muy amables”, contó.

Fue así que el 24 de septiembre la respuesta llegó. Abel y Yesica respondieron el mensaje de Gabriela. “Estoy muy feliz de haberlos encontrado”, expresó la mujer.

“Hablé con ellos y les conté que les quería mandar un presente en forma de agradecimiento, pero no me querían aceptar nada”, expuso. “Le insistí tanto en que me pasen una dirección para mandar una encomienda que al final lo hicieron”, añadió.

Gabriela manifestó su alegría de poder devolverles el gran gesto que tuvieron. Contó que tiene un emprendimiento de regalos personalizados y que va a enviar “varias cosas, como equipo de mate y pijamas para las hijas”.

“No me puedo haber cruzado con gente tan buena, si no pasaban ellos, nosotros pasábamos la noche ahí”, recordó.


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