Cuál es el plan estratégico de la fiscalía de Neuquén para enfrentar al narcomenudeo

El manual fija nuevas prioridades: atacar la oferta y no los consumidores, apuntar a "los actores más peligrosos" del mercado y a los estupefacientes que producen más daño a la salud.

El Plan Estratégico de Persecución Penal del Microtráfico elaborado por el Ministerio Público Fiscal de Neuquén tiene como objetivo atacar a la oferta de droga, perseguir a las bandas que la comercializan y concentrarse en los estupefacientes que más daño provocan en la salud. «Un aumento de la cantidad de personas condenadas o encarceladas no siempre es un claro indicador del éxito de una política de drogas. Si las personas condenadas o encarceladas son simples consumidores o pequeños vendedores no peligrosos, un aumento de las condenas y el encarcelamiento solo generará costos adicionales a los sistemas de justicia y penitenciario», dice el manual.

El fiscal general José Gerez dijo que «vamos a hacer investigaciones que impacten en la organización ilícita dedicada a la venta de droga. También vamos a trabajar lo reactivo, es decir en el dato que nos llega, pero lo que nos interesa prioritariamente es dar con la banda que es la que vende, la que mata, la que roba, la que hace ruido, ocupa espacios públicos, atemoriza a los vecinos».

El plan estratégico, al que tuvo acceso diario RÍO NEGRO, fue elaborado con el respaldo del ministerio de Justicia de la Nación, a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Indica que «la estrategia de gestión o reducción de daños implica un cambio de perspectiva fundamental en relación con la política tradicional: el objetivo primario de la política de drogas deja de ser reducir la oferta o la demanda de drogas, para enfocarse en reducir los principales daños asociados a las drogas».

El nuevo paradigma


«El modelo de gestión de daños requiere de nuevas métricas, tales como la reducción de delincuencia asociada a los mercados de drogas, especialmente homicidios, extorsiones, delitos contra la propiedad; la reducción de reiteración delictiva y la mejora en calidad de vida comunitaria, como la recuperación y utilización de espacios públicos», continúa.

La nueva estrategia de política de drogas «se propone dirigir los escasos recursos disponibles para controlar las manifestaciones del comercio de drogas que más afectan a la comunidad. La persecución penal deja de ser indiferenciada para dirigirse a objetivos concretos, preseleccionados a través de criterios de política criminal».

Atacar la oferta


El plan estratégico establece que «la persecución penal debe centrarse del lado de la oferta». Distingue dos clases de mercados. El «cerrado», en el cual «las transacciones están basadas en relaciones personales y contactos sociales preexistentes, y ocurren en distintos lugares acordados para el caso particular». Y el «abierto» es el clásico «quiosco» que según el manual «son propicios para que emerjan prácticas engañosas en las transacciones en cuanto al precio, el peso o la calidad de la sustancia».

«Los mercados abiertos, en razón de que los vendedores y compradores normalmente no se conocen, son más propicios que los mercados cerrados a este tipo de prácticas y, por lo tanto, al recurso a la violencia como solución de la disputa».

El plan estratégico indica que «estos mercados generan otras consecuencias nocivas para la comunidad: no solo ocupan espacios públicos (parques, plazas, calles, veredas) impidiendo su uso a los miembros de la comunidad, sino que causan desorden y comportamientos antisociales (ruidos molestos, disturbios, vandalismo, etc.); facilitan el ingreso de los jóvenes al mundo del delito; propician el consumo de drogas; favorecen la aparición de otros mercados ilícitos (prostitución; venta de objetos robados); hacen que las propiedades cercanas al mercado se devalúen y que ciertas actividades comerciales de la zona decrezcan; y, en algunos casos, provocan que residentes de la comunidad, la abandonen».

En cuanto al tipo de sustancia, el manual señala que «una razonable y eficiente política de persecución penal debe priorizar los casos que involucren aquellas sustancias capaces de producir mayor daño, sea por la naturaleza del estupefaciente en sí o por el tipo de sustancias utilizadas para su corte. Por ejemplo, de las drogas que más se consumen en el país, las que tienen base en cocaína son las que están mayormente relacionadas tanto con la delincuencia como con problemas de salud y mortalidad del consumidor. Por el contrario, la marihuana es la que tiene la conexión más débil con la violencia y, en general, con la criminalidad y una menor relación entre su consumo y mortalidad o problemas de salud».


El Plan Estratégico de Persecución Penal del Microtráfico elaborado por el Ministerio Público Fiscal de Neuquén tiene como objetivo atacar a la oferta de droga, perseguir a las bandas que la comercializan y concentrarse en los estupefacientes que más daño provocan en la salud. "Un aumento de la cantidad de personas condenadas o encarceladas no siempre es un claro indicador del éxito de una política de drogas. Si las personas condenadas o encarceladas son simples consumidores o pequeños vendedores no peligrosos, un aumento de las condenas y el encarcelamiento solo generará costos adicionales a los sistemas de justicia y penitenciario", dice el manual.

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