8 de marzo: Fabiana, la médica rural con vocación por los más desprotegidos en Río Negro

Es de Córdoba, pero armó sus valijas y dejó todo por construir su historia al servicio de los hospitales más postergados. Acompaña a sus pacientes toda la vida. El desafío de ser mujer, mamá y trabajadora de salud.

“Podría escribir un libro de las cosas que me tocó hacer y vivir», asegura Fabiana Peralta tras un día fatal en el hospital. «Cosas inéditas que nunca imaginé que me iba a tocar hacer”, dice desde el living de su casa, mientras descansa. Este 8 de marzo te invitamos a conocer su historia.

Hay días en los que llega a su casa después de haber visto a un paciente morir. En algunas jornadas de guardia, le toca recibir a personas que transitaron abusos o violencia, un sinfín de situaciones extremas. Pero muchas otras veces le toca salvar y curar a la gente: todo eso es ser médica. 

Fabiana sabe bien que detrás de los “casos” hay personas, y que detrás de las personas, hay historias. Tiene 54 años y más de la mitad de su vida pudo ser lo que ama. Llegó a la provincia desde Córdoba apostando por la salud pública, anhelando ser médica rural y lo logró.

Ama ser médica rural.

Hizo la residencia de Medicina General con orientación rural en Hospital Ramón Carrillo de Bariloche. Luego trabajó cinco años en Comallo y 22 en Conesa, donde actualmente vive y se desarrolla. Es cordobesa y a pesar de que vive hace años en el interior profundo de Río Negro, todavía conserva la tonada.

En Conesa fue directora y ocupó roles de gestión en la institución, pero ahora volvió al llano, al lugar donde siempre se sintió más cómoda. “Hago consultorio, guardias, salidas rurales, atención en domicilio, cuidados paliativos. Es muy amplia y diversa mi profesión”, cuenta. 

Fabiana cumplió 31 años de ejercicio de la profesión y ayudó a más de doce pacientes por día: más de 4.000 por año. A los enfermos, a los accidentados, a los asustados. Tuvo que ser partera y traer bebés al mundo, así como también cuidar durante generaciones a los integrantes de familias numerosas. Por momentos le tocó velar por pacientes y pedirles que vuelvan al consultorio a control.  

La semana pasada atendió a una paciente que conoce desde muy pequeña. La acompañó durante su infancia y la revisó en su adolescencia. Ahora esa misma chica está programando un embarazo y sabe que cuando llegue el momento del parto estará ahí para ayudarla, también para guiarla en la crianza de su bebé. Como médica de familia, conoce a su mamá, atendió a sus hermanos, sabe de su entorno.

“A cada paciente lo conocés, no de una manera transversal, sino longitudinal. Es maravilloso ser médico rural”.

Fabiana Peralta, médica rural de Río Negro.

Al llegar al hospital cada jornada laboral hace un pase de sala (guardia) interdisciplinario junto al equipo de psicólogos, médicos, enfermeros, trabajadores sociales. Nunca sabe qué le depara el día. A la tarde cuando puede vuelve a su casa y trata de estudiar, ordenar la casa o pasar tiempo con su hijo. Va al gimnasio tres veces por semana. Por las noches, es hora de comprar, cocinar y descansar, sin antes dejar previsto lo del día siguiente. Los domingos no se pierde los partidos de fútbol de su hijo. 

Lo único cierto de todos los días es que, desde que se levanta hasta que se acuesta, reivindica su profesión y su elección en la ruralidad; a pesar del sacrificio de no tener horarios, de correr detrás de las urgencias e imprevistos, de estar siempre lejos.   

8 de marzo: un deseo que latía fuerte, servir a la comunidad


Fabiana se animó a ser la distinta en su familia. Nació rodeada de médicos, tíos y primos que se abocaron por especialidades y subespecialidades; y optaron por las grandes ciudades. En cambio, ella tenía aspiraciones que le brotaban de su ser. Por eso armó sus valijas y se fue, a construir su propia historia.   

“Yo tenía el deseo de servir a través de mi profesión, era algo que yo siempre quería, sentirme útil. Me parecía que había lugares extremos en la Argentina, los lugares que generalmente los médicos no eligen, la zona rural”, dice. Fue así como llegó a Río Negro. Quizás en sus antepasados subyace parte de la explicación: su abuelo paterno era farmacéutico rural y su abuela materna era maestra en esos mismos entornos. 

“(En el Hospital de Bariloche) Me enamoré de la medicina general y la orientación rural, nos formaban preparándonos para todo terreno”, rememora.  

8 de marzo: el momento más difícil de su vida


El Bariloche que le dio tantas alegrías también le dio el momento más complicado de su vida. Ahí Fabiana se enamoró de un hombre con quien se casó y vivió realmente “una historia de amor como las de los cuentos”, dice.  

“Como toda cosa linda y buena duró poco. Dos años estuve de novia, dos casada y él falleció de jovencito. A los 28 años quedé viuda con una nena de un año, en medio de la Patagonia. Fue el momento más difícil de mi vida, quedarme sola con una niña lejos de mi familia”, se desahogó.

Aún ante ese tormento, sus compañeros de trabajo y todo el entorno logró ser sostén y contenerla. “(Río Negro) es un lugar en donde me adoptaron, me cuidaron y a veces uno cree que va a dar, pero recibe mucho más”, cuenta.

“Siempre voy a estar agradecida a la gente de Comallo y mis compañeros del hospital porque más allá que fue el momento más difícil de mi vida, también fue un momento maravilloso, hice medicina rural 100%”.

Fabiana Peralta, médica rural de Río Negro.

Tiempo después, en Conesa, volvió a formar una pareja y tuvo un segundo hijo, ahora adolescente. Decidió que esta localidad, a 150 kilómetros de Viedma, iba a ser su lugar en el mundo y donde integra todas sus facetas: mujer, madre, esposa, ama de casa y médica. 

8 de marzo: ser mamá, ama de casa y profesional de la salud


“Un día normal en mi vida, no es nada de otro mundo», dice. «Me levanto 6:45, le doy de comer a mis mascotas, preparo el desayuno, ordeno un poco la casa, a veces tengo que dejar la comida preparada para el mediodía. Me baño y salimos a trabajar”, enlista Fabiana.

“No es fácil porque no solamente tenés tu jornada laboral de 8 horas, o hasta 16 depende del caso, sino que también en tu casa volvés y seguís trabajando, tenés que seguir atendiendo tu casa, tu familia, tus hijos. Creo que es muy agotador y nadie lo tiene en cuenta”, recalca. 

“Es un doble esfuerzo que hacemos las mujeres y sobre todo las que trabajamos en el área de salud (…) No sé si está tan valorado, pero somos mujeres muy luchadoras, muy aguantadoras y que damos mucho más de lo que a veces el cuerpo puede dar”.

Fabiana Peralta, médica rural de Río Negro.

Para ella, las trabajadoras de la salud tienen uno de los trabajos más insalubres. “Tenemos horarios rotativos. Nunca podemos tener una rutina porque tenemos imprevistos. Nunca sabes cuándo te van a llamar, cuándo vas a tener que dejar todo lo que estabas haciendo para salir ante una urgencia. El trabajo nocturno es agotador, a contraturno de la familia”, fundamenta.

Horas de guardia

18 horas
de guardia de medicina general puede llegar a hacer en un día una médica. Son dos o tres por semana de 12, 16 o 18 horas. Incluyen feriados y fines de semana.

Horas de trabajo doméstico

7 horas
mínimo es la cantidad de horas de trabajo en casa un dia laboral normal con compras, cocina, orden, limpieza, cuidado de hijos, tareas de escuela y reuniones de padres.

8 de marzo: sus deseos a futuro


Uno de sus deseos más fuertes es que las autoridades gubernamentales de salud puedan ver la importancia de la prevención. “Hay que volver a esa época en la que Río Negro fue un orgullo”. 

“Mi gran desafío es seguir atendiendo de manera integral a cada uno de mis pacientes, poder escucharlos, acompañarlos, pero no solo la parte biológica, porque eso es solo un pedacito de lo que es el ser humano”.

Fabiana Peralta, médica rural de Río Negro.

“¿Cuánto se logra cuando podemos prevenir, detectar y educar a la población a hábitos saludables para evitar las enfermedades? Lo mejor es que empecemos con los hábitos saludables cuanto antes, para evitar tantas otras enfermedades y trastornos”, concluye. 


“Podría escribir un libro de las cosas que me tocó hacer y vivir", asegura Fabiana Peralta tras un día fatal en el hospital. "Cosas inéditas que nunca imaginé que me iba a tocar hacer”, dice desde el living de su casa, mientras descansa. Este 8 de marzo te invitamos a conocer su historia.

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