Cortés renovó en Bariloche sus promesas de obras y se quejó de los “palos en la rueda”

El intendente Walter Cortés inauguró las sesiones legislativas con un repaso de lo actuado en su primer año de gobierno y con un reproche genérico a las críticas que enfrentó por algunas de sus iniciativas. “Que los debates sirvan para avanzar, no para estancarnos”, exhortó sin hacer nombres.

Cortés desplegó durante 48 minutos un mensaje escaso en definiciones, que cerró con una frase bíblica y una referencia “al pueblo de Bariloche, que está muy maltratado”. Se declaró impactado por las carencias de todo tipo que le presentan las “más de 70 personas” que atiende por día en su despacho.

En lo que sonó como una queja hacia los concejales, que lo seguían desde la primera fila, el intendente destacó la importancia de “la independencia de poderes” para cuestionar luego “la burocracia agobiante y los palos en la rueda” que a su entender entorpecen la gestión. “A veces hay falta de voluntad para crecer”, afirmó.

Al igual que el gobernador Alberto Weretilneck en la Legislatura provincial, Cortés inició su discurso con un reconocimiento a quienes trabajaron en el incendio de El Bolsón, en especial a los trabajadores municipales que lo acompañaron en esos días, cuando se sumó personalmente a las tareas en la localidad vecina.

En los pasajes siguientes enumeró con detalle algunos de los logros alcanzados, entre los que destacó la compra de maquinaria y camiones “por más de 5.000 millones de pesos” con recursos municipales. Dijo que Bariloche cuenta ahora “con un parque vial sin precedentes”, destinado a mantener las calles “durante el crudo invierno” entre toras tareas.

También habló de la planta de hormigón adquirida por el municipio y repitió una vez más que comenzará en breve a pavimentar calles con ese equipamiento. Una promesa postergada desde comienzos de enero.

Reconoció que “los espacios deportivos son insuficientes” en toda la ciudad, anunció la próxima inauguración del gimnasio municipal 5, en el kilómetro 13 de Bustillo, y le sumó la pileta “olímpica” que piensa construir junto a la playa Centenario, apta para competencias oficiales y “con tribunas para 1.000 personas”.

Dijo que “este año, si no lo terminamos estaremos muy cerca de inaugurar el natatorio y también el centro de convenciones”, que comenzó a recuperar, sobre el edificio inconcluso ubicado en el Jardín Botánico. Señaló que esa obra está llamada a “quedar en la historia de Bariloche”.

Los problemas centrales de la ciudad

Cortés subrayó el atraso agudo de infraestructura que padece la ciudad pero no hizo alusión alguna a la relación con los gobiernos nacional y provincial, que podrían aportar soluciones en esa materia.

Otras omisiones llamativas en el discurso fueron los proyectos para el cerro Catedral, la deuda municipal (que hace un año cifró en 16.000 millones de pesos) y los problemas que atraviesa el transporte público, cuando también en su momento hubo fuerte preocupación por la caída del subsidio nacional que -según el intendente- ponía en riesgo la continuidad de la concesión de Mibus. Esa crisis fue afrontada con más aportes del municipio (a razón de 150 millones de pesos mensuales) y más presión sobre el pasajero, con aumentos de tarifa que superaron por lejos a la inflación.

Cortés tampoco hizo referencia a la ríspida relación que mantiene con el empresariado turístico y comercial en relación con el funcionamiento del Emprotur. Por el contrario, les dedicó una frase conciliatoria: “a todos, al empresario inclusive, les cuesta ganarse el peso”.

Reiteró que el déficit habitacional es “el problema central” de Bariloche. Habló de los proyectos en marcha con privados para generar loteos sociales, pero evitó los compromisos tajantes. Hace un año prometió entregar 1.000 lotes y hasta ahora no terminó de completar la primera operatoria, que aportaría 304 lotes. Dijo tener en gestación proyectos parecidos para agregar otras 400 unidades, en todos los casos con criterios desarrollo urbano sustentable y “respeto por el medio ambiente”.

La rendición de cuentas también incluyó avances en materia vial como la apertura de la calle Prayel, la construcción de oficinas en espacios propios para eliminar alquileres y dedicó varios párrafos para describir la llegada “a todos los barrios” con actividades deportivas y culturales, con asistencia social -incluidas las “más de 3.000 familias que reciben la tarjeta alimentaria”- y el trabajo desde la secretaría de Hacienda que permitió “incorporar 2.000 nuevos contribuyentes”.

Cortés dijo tener muchos planes por delante y aseguró estar cumpliendo “con todos los puntos de la campaña”, aunque el tono general de la presentación fue cauto y realista. “Llegamos a un municipio con muchos problemas, pero vamos por buen camino”, afirmó.

Contrariado por críticas que no identificó, subrayó sobre el final que tiene “respeto por las diferencias” pero no está dispuesto a aceptar “las ofensas, la falta de respeto y el atropello”.