La película, mucho más incómoda, expone el interés de cada gobernante de turno de las últimas décadas en utilizar la maquinaria clandestina del Estado en contra de sus rivales. Las tentaciones que ofrece el submundo del espionaje ilegal en Argentina son demasiado fuertes para los políticos. Todos sus gobiernos, desde el retorno de la democracia en 1983, cayeron bajo sus influjos, con consecuencias institucionales que llegan hasta hoy y que tornan aún más urgente la necesidad de encara