Desde el norte neuquino, la tierra que conoce tan bien, el historiador Isidro Belver recuerda la frase que explica tanto de un poblador de Guañacos a un jefe de la Gendarmería en los ‘70, describe las claves del paso de productos de un país a otro, los lazos que no saben de fronteras y el mensaje en código que Don Jaime de Nevares le pidió que mandara por la red policial para enviar a la capital a chilenos que huían de Pinochet: "Van dos paquetes para el obispo".