Libertadores: Santos goleó a Boca, que jugó su peor partido de la Copa y se quedó sin final

Pituca celebra el primer gol del Santos, el que le abrió la puerta para llegar a la final de la Libertadores. (AP Photo/Andre Penner, Pool)

Sin fútbol, sin hambre y con una alarmante falta de rebeldía en el momento más urgente de la temporada. Boca fue pura decepción y cayó 3-0 ante el Santos, en Brasil, que ahora jugará la final de la Copa Libertadores ante el Palmeiras.
Extrañamente y a contramano de su historia copera, Boca no estuvo a la altura en una cita a la que nunca quiere faltar. Aún así y por más que el premio haya sido el deseo eterno de estar en la final de la Copa, Boca no tuvo el arrebato para llevarlo a cabo.

Al comienzo pareció que la partida de ajedrez que había tenido su primer capítulo en La Bombonera, continuaba en el estadio Urbano Caldeira. Boca estudiaba a su rival que intentaba tomar la iniciativa pero lucía demasiado estático, sin variantes y con poco armado en la mitad de la cancha.

Arriba Franco Soldano lucía su habitual sacrificio para marcar y hacer relevos, Carlos Tevez salía de la zona de fuego para tener contacto con el balón y así el Xeneize se quedaba sin referentes en el área.
Con el partido 0-0, las falencias se disimulaban pero una vez que Santos se puso en ventaja Boca se llenó de urgencias.

A los 15’ el venezolano Yeferson Soteldo metió una diagonal de izquierda a derecha y su disparo dio en el brazo de Lisandro López. La pelota quedó muerta en el área y antes que el árbitro Wilmar Roldán sancionara un supuesto penal, Pituca, de media vuelta, adelantó al equipo brasileño.

La desventaja activó el despertador y Boca comenzó a meterse en partido, aunque le faltaron variantes para poner en apuros a su rival, que incluso estuvo a punto de marcar el segundo cuando Marinho sacó un violento disparo que Andrada sacó como pudo.
La tibieza de Boca era impropia de una semifinal , aunque faltaba el ST para reaccionar y sacarle brillo en los vestuarios a su chapa de candidato.

Nada eso pasó. Boca salió a jugar el complemento completamente vulnerable. La liviandad defensiva le reabrió la puerta del gol a los brasileños, que en dos minutos sellaron el pase a la final.
En una jugada calcada al primer gol, Soteldo armó la misma acción ante la pasividad de Lisandro López y Campuzano y definió de derecha al primer palo.

Dos minutos después, el estatismo fue por el lado izquierdo cuando Marinho hizo lo que quiso ante la marca de Fabra e Izquierdoz, se metió a pura gambeta en el área y le sirvió el gol a Braga. Un 3-0 impensado y letal

Minutos después, Fabra redondeó su noche para el olvido al ver la roja luego de un pisotón a Marinho. Boca se despedía en una hora de su partido más importante de la temporada.

Russo también hizo (mal) su parte. La respuesta a la falta de fútbol de su equipo, fue poner al comienzo del ST a Buffarini por Jara y a Capaldo por el Pulpo González, dos de los cambios por los que dudó hasta último momento en la previa. Wanchope Ábila ingresó con el 0-3 encima y Cardona vio toda la semifinal desde el banco, cuando el partido lo pedía a gritos. Porque si hay algo que Boca no tuvo anoche fue justamente fútbol, vital si se quiere alcanzar la gloria. Ahora y siempre.


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