¿Sería posible poner en marcha un programa destinado a hacer de la Argentina un país más “escandinavo”? Sólo si la toda clase dirigente declarara una guerra sin cuartel a la corrupción. Desde hace más de medio siglo, es frecuente oír decir que “pagamos impuestos suecos a cambio de servicios públicos haitianos”. Así y todo, las encuestas de opinión nos aseguran que en la Argentina la mayoría confía más en el Estado que en el sector privado. Que éste sea el caso explica mucho. En una