Ante los retos actuales
Madrid
No podemos continuar alcanzando las más altas cotas de inseguridad e incertidumbre, generadas en parte por el incremento de la desigualdad, la crisis climática y la pandemia de Covid-19. Precisamente, hace unos días, reivindicaba el Secretario General de Naciones Unidas, la extrema precipitación de insuficiencias. Lo decía así: “Necesitamos un aumento de la diplomacia para la paz, un aumento de la voluntad política para la paz y un aumento de la inversión para la paz”. Todo esto, a mi juicio, requiere conocerse y reconocerse, aprender y reprenderse, despoblarse de armas y repoblarse de la poética del alma.
Hay que invertir en transformarnos, para que el mundo en vez de parecer un polvorín a punto de explotar, por el no entenderse de sus moradores, se convierta en un auténtico hogar, donde nadie sobre y todos seamos precisos.
Asumamos que la paz llega si en verdad vive en la mano de todos. Desde luego, es una responsabilidad universal, que pasa por la acción de cada ser humano, a través de los pequeños actos de cada día. Se refrenda con la consideración y el respeto de uno mismo, hacia sí y hacia todo lo que le rodea.
Víctor Corcoba Herrero
Madrid
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