Consuelen a mi pueblo
Consuelen, dice Yavé, tu Dios, consuelen a mi pueblo. Hablen a la Argentina, hablen a su corazón, y díganle que su jornada ha terminado, que ha sido pagada su culpa, pues a recibido de manos de Yavé, doble castigo por sus pecados.
Una voz clama: “Abran el camino a Yavé en el desierto. En la estepa tracen una senda para Dios, que todas las quebradas sean rellenadas y todos los cerros y lomas sean rebajados, que se aplanen las cuestas y queden las colinas como un llano. Paciencia y empatía… Porque aparecerá la gloria de Yavé, y todos la verán, porque Yavé ha hablado.
Una voz dice: “Grita”. Y yo respondo: “¿Qué he de gritar?”. La voz dice: “Toda carne es hierba, y toda su delicadeza como flor del campo. La hierba se seca y la flor se marchita cuando sobre ella sopla Yavé.” La hierba se seca y la flor se marchita, mas la palabra de nuestro Dios permanece para siempre.
Sube, oh Patria mía, a un alto cerro para proclamar una buena noticia. ¡Haz resonar tu voz, nación mía!, grita sin miedo. Diles a la ciudades de Argentina: “Aquí está tu Dios, sí, aquí está el Señor Yavé, que viene con mucho poder y que lo someterá todo con su brazo.”
Alberto Félix Suertegaray
DNI 14.169.481
Consuelen, dice Yavé, tu Dios, consuelen a mi pueblo. Hablen a la Argentina, hablen a su corazón, y díganle que su jornada ha terminado, que ha sido pagada su culpa, pues a recibido de manos de Yavé, doble castigo por sus pecados.
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