Desubicado y temerario

No solo desubicado sino también temerario Juan Grabois con sus expresiones en el acto que hizo en Puente Pueyrredón con voz destemplada.

Dijo: “Estamos dispuestos a dejar nuestra sangre en las calles”.

Y horas más tarde remató con otra frase preanunciatoria: se vienen los saqueos.

¿Qué clase de dirigente es Grabois con sus alusiones a la sangre en un momento delicado y en un país que la ha visto correr en la dictadura y en crisis económicas bastante similares?

Para colmo estamos hablando del dirigente que dice representar y ser amigo del papa Francisco.
No solo eso. Recordemos que el papa lo designó en 2015 consultor del Pontificio Consejo de Justicia y Paz.

Y el año pasado fue promovido como miembro del dicasterio vaticano para el desarrollo humano.
Tan graves expresiones (dichas en tono amenazante, extorsivo y a los gritos la primera) no parecen cuadrar con cargos por la paz ungidos desde el Vaticano.

Sus impulsos beligerantes debieran haber tenido la misma condena contundente que merecieron expresiones golpistas escuchadas en estas horas dramáticas del país.

Hasta Hebe de Bonafini, presidenta de Madres de Plaza de Mayo y pionera de este tipo de tono lejano a la pacificación, define a Grabois como “un caradura y un tipo bastante desagradable”.

En eso estamos totalmente de acuerdo.

Juan Felipe Cuevas

Neuquén