Escuela Nacional N° 132, granja- hogar Ceferino Namuncurá: 86 años de fecunda tarea


. Las hojas amarillentas de su Libro Histórico, firmado en sus primeras páginas por el maestro Eduardo Camilo Alizeri, nos enfrentan a un pasado pleno de tareas escolares en el que están plasmados los nombres de muchos maestros que se desempeñaron en sus aulas: imposible nombrarlos a todos por nuestro acotado espacio. La escuela está ubicada en la Colonia Bouquet Roldán. Ocupa la chacra 98, sección 1, del lote 4 del departamento Confluencia: concurrieron a ella los niños indígenas internados en la granja hogar, treinta y seis alumnos pertenecientes a las principales tribus del territorio. Además de las enseñanzas propias del nivel primario, los niños se ocupaban del trabajo de la chacra. La iniciativa de la creación de esta escuela hogar fue del gobernador territoriano Enrique Pilotto, que había comenzado las gestiones ante el Ministerio del Interior en 1936. La escuela Granja Hogar comenzó sus actividades el 1 de julio de 1937. Los primeros contenidos fueron impartidos por el maestro José Macario Ortega y luego Edmundo José Betelú. Se realizaron las gestiones para la instalación de la luz eléctrica para el establecimiento.

En el libro podemos leer el listado de niños indígenas que concurrieron al primer curso en 1938. Por propuesta del maestro Ortega en el mismo año se propuso bautizar a la institución escolar Ceferino Namuncurá en honor al Santo patagónico. En 1944 la escuela estuvo bajo la dirección de la maestra Rosa Soler, perteneciente a una familia de docentes asentados en la capital neuquina; luego, en 1945, Edmundo E. Romera y Miguel Marzo. En 1948 fue maestra de grado Rosalía E. Borgarelli de Alizeri. En 1940, y por resolución del Consejo Nacional de Educación, se había convertido en escuela común. Ya tenían administrador, cocinero, lavandera, celadora, quinteros y chacareros: estos dos últimos cuidaban la chacra anexada.

El internado constaba de un salón de clase, un taller, un dormitorio para los niños, habitaciones para el personal de servicio, cocina, comedor, baño con varias duchas con instalación de agua caliente y fría, además de una casa para el director. En 1949, Eduardo Camilo Alizeri se hizo cargo de la dirección de la escuela emblemático maestro recordado por su gran labor docente y su aporte a la vida comunitaria de la ciudad. Se creó el club escolar El Araucano y se formaron dos equipos que participaron en el campeonato de fútbol infantil de la época. El paso de los años nos muestra mejoras en el establecimiento: se habilitó el taller de juguetería, se proveyó de uniformes al alumnado, se organizaron grandes actividades sociales, deportivas y culturales.

En 1952 se inauguró el nuevo edificio de la escuela sobre terreno donado por Arsenio Martin- inmigrante español trabajador para la sociedad neuquina de comienzos del siglo XX-: hizo uso de la palabra el entonces gobernador Pedro Julio San Martín. El internado de niños indígenas cerró sus puertas en 1950. En la foto que acompaña el escrito podemos observar el frente de la escuela y algunos de sus maestros del inicio del establecimiento. En agosto 1961 se colocó el busto de Ceferino Namuncurá en la escuela; unos años después se recibió la donación de la bandera de ceremonias por parte de la Armada Argentina. En 1980 aceptaron el padrinazgo ofrecido por el Empresa Avícola Bambi. La historia de la escuela posee un caudal de anécdotas transcurridas en aulas, galerías, patios: su rico y cuidado Libro da cuenta de ello. En los actos del festejo realizado hace unos días, estuvo presente una de aquellas maestras, Alicia Ahargo, que fuera reconocida con afecto por los ex alumnos que concurrieron a los actos. Noble, fructífera tarea escolar de una comunidad escolar que fue creciendo al compás de la sociedad y cuyo objetivo fue la enseñanza a los niños.

Honramos a sus maestros, directivos, alumnado- que los precedieron y los actuales- y nos despedimos con palabras del acto Aniversario del Patrono Ceferino, realizado en 1986: “La patria se nutre con la gloria de sus santos y de sus héroes (…) Desde los albores de nuestra nacionalidad extraordinarias figuras honran el suelo nativo y sus nombres, con relevantes caracteres las páginas de nuestra historia. (…). Besó el suelo de su raza, hundió el cielo con su lanza y desbordó sobre el fortín la gracia junto al altar infinito de las pampas”.


Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios

Exit mobile version