La municipalización de San Javier

Magdalena Odarda, legisladora provincial.
Viedma

Con la firma de un centenar de vecinos, con mapa del futuro ejido municipal y con la maravillosa historia del Fuerte San Javier bajo el brazo, vecinos de esa comunidad volvieron a la Legislatura una vez en más, en busca de que se cumpla con la manda constitucional del artículo 226 de la Constitución de la provincia de Río Negro.

El proyecto que lleva el número 542/24 ingresó por mesa de entradas de la Legislatura Provincial a las 13:35 horas del martes 7 de mayo. Con alegría y la esperanza de que esta vez, el derecho a la municipalizaion de fuerte San Javier se haga realidad, los vecinos subieron las escaleras hasta el segundo piso del edificio legislativo portando carteles elaborados con sus propias manos. En algunos se podía leer “Municipio si”, en otros: “Comuna, no” y “Fuerte San Javier. Dios bendice nuestra tierra”.

En 1989 -hace 35 años-, la comisión pro-municipalización del Fuerte San Javier presentaba oficialmente el proyecto de municipalización, junto a la adhesión de entidades intermedias como la Juventud Unida del IDEVI, la comunidad educativa de la escuela primaria n° 3 , la Comisión Cooperadora del Centro Periférico de Salud, el Consejo Asesor de la Agencia de Extensión de San Javier en representación de los ocho grupos de productores (según la distribución geográfica realizada por el IDEVI de entonces), partidos políticos y organismos de derechos humanos, entre otros.

Hubo muchos otros intentos para que el Fuerte San Javier se convierta en Municipio, pero todos se frustraron por distintas razones e intereses.

Hace dos años, desde la Comisión de Fomento se indicaba que el Fuerte San Javier -fundado en 1782-, reunía la cantidad de 3.000 habitantes, 2.000 electores y 600 medidores de luz. La “municipalización era un objetivo irrenunciable”.

Convertir la comisión de Fomento en Municipio permitirá cambios institucionales acorde a la cantidad de habitantes y los recursos necesarios para crecer y desarrollarse.

Municipalizar es un acto de justicia: hoy hay municipios hermanos en Río Negro con menos cantidad de habitantes, pero que son reconocidos como tal, con los beneficios que ello conlleva. El hecho de no ser municipio implicó grandes pérdidas de territorio y oportunidades. Los vecinos esperan ser protagonistas de un momento histórico: el surgimiento del “municipio nro. 40” de Río Negro.


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