No hay más dudas: Argentina se ha convertido en una fábrica de pobres. Atravesamos un proceso sumamente turbulento en la economía en el que la inflación alcanza la alarmante cifra del 50,9%. No es transitorio; se está convirtiendo en estructural y con ello las consecuencias serán más graves. A ello hay que agregarle que el gobierno no sólo desconoce el problema, sino que lo oculta, lo agrava y se niega a enfrentarlo. La salida a la inflación ya no puede estar apoyada en relato. Es momento de