Mientras el mate cocido reposa en la mesa, un alegre trinar da aviso a un bello amanecer. Los pastizales asoman en distintas variantes de tonos verdes. El inmenso horizonte y el olor a mañanas de noviembre me sacan un suspiro. Avanzo para darle de comer a las gallinas y me dispongo a disfrutar el nuevo día. Corto una ramita de piquillín para sentir su sabor y pienso que las vivencias del campo hacen más fuerte mi coraje pero al llegar la noche, la cobardía toma lugar. -La oscuridad debilit