Raúl Quadrini, destacado doctor en Colonia Lucinda, hoy Cipolletti
Trabajador incansable, repartía su tiempo entre el hospital, el sanatorio y su consultorio.
Este médico de extensa e importante trayectoria en el valle era hijo de los inmigrantes italianos Matilde Croceri y Augusto Quadrini, que habían arribado al país en 1913 desde Monte San Pietrangeli, pequeña localidad de la provincia de Fermo, región de Las Marcas.
Se instalaron en estas tierras valletanas: don Augusto se desempeñó en diversas actividades agrícolas desde el emparejamiento de la tierra hasta el cultivo y explotación de cereales, hortalizas, frutales; por este motivo trasladaba hacia diversas localidades: Fernández Oro, Ingeniero Huergo, Cinco Saltos, Colonia Marconetti. Doña Matilde quedaba abocada a las tareas de la casa y el cuidado de sus nueve hijos: Guido, Brandina, Raúl, Nelo, Enio, Delio, Matilde, Roberto e Hilda. Luego de trabajar incansablemente don Augusto pudo acceder a la tierra: compró una chacra en el sector de La Llanada, cerca del pueblo que ya comenzaba a llamarse Cipolletti. Luego construyó su vivienda en el barrio hoy conocido como barrio Quadrini, entre la avenida Leandro N. Alem y la calle que luego sería Doctor Quadrini, nombre dado como reconocimiento a nuestro homenajeado, su tercer hijo que nació en el pueblo cipoleño, un 18 de mayo de 1919.
La escuela primaria la realizó en la escuela N° 33 (hoy en el barrio San Pablo), la secundaria en el colegio Don Bosco, en la ciudad de Bahía Blanca, bajo la tutela de José Ginnóbili. Estudió medicina en la Facultad de Medicina de Rosario y se graduó en diciembre de 1947. Durante toda su carrera universitaria, y cuando el receso lo permitía, regresaba al valle y trabajaba como embalador en el galpón de empaque Fruticultores Unidos de Peluffo. De este modo, nueve meses estudiaba y tres juntaba dinero para poder ayudarse con los gastos que demandaba su vida universitaria.
En 1944, cuando era practicante en el Hospital de la Societá Unione e Benevolenza de Rosario, conoció a su futura esposa, Nelly Giromini, rosarina, maestra y visitadora de higiene, hoy asistente social. En la foto que acompaña el escrito lo vemos el día de la boda. Se casaron en la catedral de Rosario el 2 de octubre de 1948 y se radicaron en Cipolletti dos semanas más tarde. Al doctor Quadrini le ofrecieron un puesto en salud pública, y podía optar entre ser médico de planta en la sala de primeros auxilios de Cipolletti (que luego fue el hospital de la localidad, hoy hospital Doctor Pedro Moguillansky), o director en el hospital de Comallo. Eligió volver a Cipolletti. Su sueldo inicial, de trescientos pesos, se gastaba en su mayoría en el alquiler de un departamento, sobre la calle San Martín casi Miguel Muñoz.
Allí vivió varios años y tenía su consultorio, que ocupaba la mayor parte del departamento. Para la vida diaria les quedaba una pequeña habitación y una cocinita con una mesa y dos sillas. Allí vivieron hasta después de haber nacido Raúl, el tercer hijo luego de Graciela y Liliana. Luego llegaron tres hijos más: Marcelo, Leticia y Alejandro (que siguió los pasos de su padre). Para entonces, había comprado al escribano González Dorrego una casona ubicada justo en la esquina de Yrigoyen y Miguel Muñoz, que tenía un enorme terreno, con alameda y acequia; la que casa subsiste en la actualidad. Sobre el mismo terreno, ya sobre Yrigoyen, construyó años más tarde su casa propia.
Hincha de Boca y Cipolletti, en una etapa de su carrera se dedicó a atender gratuitamente, como profesional, a los sucesivos planteles albinegros. De trato amable, cosechó muchos amigos entre sus colegas radicados en la ciudad: era el primer médico nacido y criado en Cipolletti. Mantuvo una larga amistad con los doctores Pedro Moguillansky, Héctor Bensimon, Jorge Allan, Mario Sandi, entre otros. Con un grupo de colegas fundó el Sanatorio Río Negro. Junto con el doctor Bensimon compraron al doctor Gobich el Sanatorio Cipolletti.
Siempre nombraba a sus estrechas colaboradoras, las enfermeras Clementina y Raquel San Martín, Julia Aranda, y las instrumentadoras Matilde, Rosita y Trudy, Joaquina Dionisio, al igual que la incansable Rufa, a los ambulancieros Burgos y Peletay, a sus secretarias Irene, Rita y Silvia. Falleció un 6 de mayo de 1983 en Buenos Aires a los sesenta y tres años. Nuestro homenaje a un médico de profunda vocación, de gran humildad, que está presente en la memoria del pueblo al que tanto le brindó.
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