Cómo se preparan para la lluvia los vecinos de los barrios que se inundaron
En 2014 y 2016 se tuvieron que enfrentar al agua y, aunque el pronóstico de este fin de semana anuncie que las lluvias no serán un problema en Neuquén, ellos tienen listas sus estrategias.
El pronóstico de lluvia trae malos recuerdos a los vecinos de Neuquén, especialmente para los que viven en los barrios más afectados por las inundaciones de 2014 y 2016.
Sin embargo, el subsecretario provincial de Defensa Civil y Protección Ciudadana Martín Giusti aseguró que las autoridades de la AIC pronostican una caída de 10 milímetros, lo que no generará grandes inconvenientes y, por el contrario, ayudará a enfrentar la sequía.
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Según declaraciones radiales del funcionario, desde hoy habrá lluvias y nevadas en la cordillera y a partir de mañana, y durante todo el fin de semana, caerán lluvias con chaparrones de variada intensidad en Neuquén, que “no va a estar tan complicada como Río Negro”.
A pesar de que el pronóstico no despertaría alertas, el agua dejó marcas en los barrios y desde “Río Negro” salimos a recorrerlos para conocer cómo esperan los vecinos este fin de semana de lluvias.

Fernando, el encargado de un local que se ubica sobre la calle Independencia al 800, contó que cuando la lluvia cae fuerte lo vive “con angustia, sobretodo”.
En 2014 su patio se inundó 30 centímetros y desde ese momento tiene una madera que atornilla para evitar que entre el agua. Además, usa bolsas de arena como barrera ya que con una lluvia algo intensa “se inunda toda la calle y no se puede circular”.
Para otro vecino la mejor medida es ampliar el canal de Saturnino Torres y mantenerlo limpio ya que, consideró, es la única fuente de desagote.


El carpintero Andrés Gutiérrez se puso mano a la obra luego de que unos 50 centímetros de agua cubrieran la calle y casi ingresaran a su casa de Ricardo Rojas al 500 en la inundación de 2014. El vecino construyó un sistema de compuertas de cuatro partes que tapa la puerta de su casa y que sirvió para que dos años después el agua no entrara a su vivienda.
Según Gutiérrez, en su barrio las inundaciones demoran entre cinco y ocho horas en bajar, pero luego hay que darse a la tarea de limpiar muy bien ya que arrastran aguas servidas. Para él el problema es que el agua corre que corre desde el Alto encuentra una barrera en la Ruta, acumulándose en las calles Río Negro y Chubut.

Río Negro al 300. (Matías Subat).-
Gabriel Hamse, dueño de un comercio de electricidad, también diseñó su propia estrategia para enfrentar las inundaciones, ya que un metro de agua ingresó a su local en 2014 y unos 20 centímetros en 2016, causándole grandes perdidas de mercadería.
Cuando la lluvia se avecina, Gabriel guarda sus productos en lugares alto, coloca chapas y alguien custodia lo que vaya sucediendo de forma permanente. Sin embargo, se lamentó el comerciante, si el agua es mucha los líquidos cloacales rebalsan dentro del local.
“ Lo atajas un poco si es fuerte, si es muy fuerte no hay manera de atajarlo. Hubo una lluvia no tan fuerte el año pasado donde llegó el agua hasta arriba de la vereda, pero no alcanzó a entrar”, contó y agregó que cuando ven que llega a ese nivel cortan la arteria para evitar la circulación de vehículos y el consecuente oleaje que arrastra el liquido hacia las casas.

En el caso del barrio Nueva España, los vecinos Javier Vázquez y Miguel Ángel Friz coincidieron en que el terraplén que se construyó en el ingreso fue beneficioso.
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Sin embargo, Miguel Ángel mira con preocupación un segundo terraplén de tierra que se levantó cerca de su casa, ya que considera que si hay dos o tres días de lluvias intensas el agua se desviará hacia su vivienda.


En Toma Norte a Fabiana Abrego no sólo las inundaciones le traen problemas, sino también las lluvias fuertes, como la que el año pasado. El agua ingresó a lo que en ese momento era una casilla y Fabiana perdió muchas de sus pertenencias, entre ellas, una heladera.
Hoy en Lago Pueblo y 8 de Diciembre se levanta una casa de material, pero como está ubicada en una pendiente, la lluvia intensa no deja de ser una amenaza, por lo que la mujer debe irse a la vivienda de su mamá en esos días.
“”Ya no sabemos como detenerla. Viene con mucha fuerza. Nos rompió incluso un paredón. Hace 5 años que vivo acá”, dijo.
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