Emilio Belenguer, el obrero que gobernó en Neuquén y Río Negro

Una  tesis de doctorado destaca la histórica figura del ex gobernador de ambos territorios de la Norpatagonia entre 1946 - 1949 y 1952-1955. De origen ferroviario, fue “hombre de Perón” y clave en la creación de las provincias.

Hace unos años los historiadores, Raanan Rein y Claudio Panella comenzaron a estudiar a dirigentes que acompañaron a Juan Perón en sus primeras presidencias. Hasta entonces gran parte de la historiografía del peronismo había considerado que solo Perón había concentrado a una escala única poder político y reconocimiento popular, despreciando la función mediadora y cierto liderazgo de quienes fueron sus funcionarios.

Hoy, diversos estudios sobre esas trayectorias profesionales y políticas reconocen la existencia de segundas líneas de dirigentes del peronismo.

Rein y Panella, en su primer libro de 2014 “La segunda línea. Liderazgo peronista. 1945-1955” , establecieron una primera clasificación donde se marcaban las distintas trayectorias. Contaban los hombres que revistaron en las Fuerzas Armadas.

También los que eran parte de la política de entonces, socialistas, radicales y conservadores y algunos comunistas, militantes de las organizaciones partidarias que dominaron la escena nacional y de provincias en las décadas de 1930.

Les seguían los empresarios, así como los que venían cumpliendo funciones dentro de la burocracia estatal.

Las «segundas líneas» del peronismo


Todos estos sectores exponían la compleja coalición social y política que dio origen al peronismo y que fue consolidándose durante sus dos primeras presidencias.

Sin embargo, hubo una nota distintiva en esos años, que fue la inclusión en las estructuras de poder de muchos hombres y varias mujeres del movimiento obrero.

Ese conjunto dio la impronta obrerista del primer peronismo.

Muchos dirigentes sindicales ocuparon posiciones legislativas, ministerios nacionales, intendencias, diputaciones provinciales, representaciones diplomáticas. Sin embargo, ningún obrero llegó a ser titular de una gobernación de territorios nacionales .

Semanario PBT N° 855, Buenos Aires. 6 de febrero de 1953. Belenguer. Hemeroteca de la Biblioteca Nacional. CABA.

Excepto Emilio Belenguer, específicamente en el norte de la Patagonia. De allí la importancia de analizar su figura y trayectoria como gobernador territoriano, primero en Neuquén y después en Río Negro.

La designación de Belenguer implicó el fin de los gobernadores foráneos para los territorios nacionales. Así, el peronismo alteró la condición de “externalidad” que el Estado Nacional había marcado para los Territorios Nacionales respecto a su funcionariado.

El mismo Perón demoró algo de tiempo en responder a la exigencia de “territorialidad” planteada por parte de las comunidades locales: elegir hombres del lugar en sus gobiernos locales.
El peronismo, una vez que sintió que su poder de transformación había logrado suficientes apoyos, buscó esos candidatos locales para asegurar su legitimidad. Privilegió a quienes habían nacido o contaban con una vida hecha en esos espacios.

La elección de Belenguer se produjo dentro de esta dinámica de reconocimiento de las demandas por la representación de una “patria chica”.

Ferroviario, radical y de Río Colorado


Su figura tenía a favor otras fuentes que habían encumbrado a muchos dirigentes del primer momento peronista. Belenguer pertenecía a la parte del radicalismo comprometido con el ascenso de Perón a la presidencia; era un cuadro sindical, al dirigir una seccional de la Unión Ferroviaria y además había ocupado un puesto en la Secretaría de Trabajo y Previsión Social en Bahía Blanca. Su nacimiento en Río Colorado fue otra carta de legitimidad para terminar con esa “externalidad”.

Belenguer y sus funcionarios en Neuquén. (El Territorio, 1947)

El primer paso fue su nombramiento como gobernador de Neuquén para el período 1946-1949. Le siguió su designación al frente de la gobernación del Territorio Nacional de Río Negro en 1949 y la ratificación en el mismo cargo para el período 1952-1955.

A mediados de julio de 1955 Belenguer fue nombrado Comisionado Federal de la Provincia de Río Negro para hacer frente al proceso de adecuación del nuevo estatus institucional. Conformó el primer gabinete provincial con varios de los hombres que lo venían acompañando desde los tiempos de su gobierno en Neuquén.

El golpe militar de septiembre de 1955 interrumpe esa tarea, sufriendo inmediata prisión.
Más adelante llego a ser candidato a diputado nacional en las elecciones de 1962 y en 1973 fue votado para ocupar una banca en el Senado Nacional por Río Negro hasta el golpe de 1976.

Una biografía ligada al peronismo de los territorios


Acto de Perón y Eva en el Centro Cívico de Bariloche, 27 de abril de 1951. En el palco Belenguer, el Intendente Andrigo y el Párroco Monteverde (Archivo Visual Patagónico)

La trayectoria singular de Belenguer es una puerta de entrada para comprender la construcción y consolidación del primer peronismo en los territorios nacionales.

Además, ayuda a entender el desempeño público de quienes se constituyeron en figuras indispensables para ejercer una eficaz función mediadora del peronismo en esos espacios.

Para la Patagonia norte, la elección de Emilio Belenguer en Neuquén confirma estos enunciados, dada su trayectoria sindical y de acción para los trabajadores y la narrativa y posicionamiento “obrerista” con el que se vinculó con el ámbito sindical durante su primera gestión de gobierno. En su posterior designación, como gobernador al frente del territorio nacional de Río Negro, desplegaría una eficiente “territorialización” al servicio de la construcción política para el peronismo.

Su biografía refleja la trayectoria política de quien produjo un liderazgo que nació de una función gubernativa “impuesta” -las designaciones de los gobernadores de territorios nacionales venían “desde arriba”-, pero que fue capaz de operar eficazmente en un contexto normativo dinámico, incluyendo una cadena de mando institucionalizada, también en gran medida personalizada, pero que fue adaptándose a diversas fuentes y acciones del universo territorial, social, político y cultural del momento.
Belenguer fue el hombre de Perón en los territorios nacionales del norte de la Patagonia.

¿Un gobernador contrario a curas y militares?


Un informe de la Coordinación de Informaciones del Estado (CIDE) del año 1951 titulado “Antecedentes del gobernador de Río Negro Señor Emilio Belenguer” (1) señala algunas de sus actuaciones, entre ellas en una reunión de camaradería de los empleados superiores de la Policía de Neuquén, en septiembre de 1947.

En ese evento, según el informe, las palabras de Belenguer “dejaban entrever una aversión hacia la autoridad policial, que no se justifica, tanto por su condición de mandatario, ni tampoco por la categoría de esta Policía, que es muy querida en la zona”.

En otro pasaje de ese documento, se afirmaba que, en una celebración de la fiesta patria de Chile con un almuerzo criollo, el gobernador: “pronunció palabras que bien analizadas podrían determinar en Belenguer, una tendencia ideológica extremista, que nada tiene de común con la Doctrina Peronista que debe sustentar en su carácter de Gobernador de un Territorio Nacional.” Las frases son: “Los obreros no tienen Patria”, “los militares son trabajadores con traje de fiesta”. En otra oportunidad, habría expresado “que no se daba con los militares ni con los curas”.

Belenguer tenía enemigos


El nombramiento de Belenguer como comisionado de la “flamante provincia de Río Negro”, 1955.

Durante los años del primer peronismo hubo numerosos recambios entre su dirigencia. Pocos lograron ser considerados “indispensables”.

Belenguer fue uno de ellos, logrando ser un funcionario leal y de confianza desde el nacimiento del peronismo como fuerza política. A pesar de ello hubo intentos por desacreditarlo.
A fines de 1949, cuando finaliza su gobierno en Neuquén, el gobierno nacional demora varias semanas en hacer público el nuevo destino de Belenguer. Hasta entonces muchos los neuquinos conservan la esperanza de que Belenguer continuara al frente de esa gobernación, sobre todo desde los sectores obreros.

El diario bahiense El Atlántico informa anticipadamente la decisión del gobierno nacional de ratificarlo en el cargo por otros tres años. A los días la noticia, que había sido reproducida en otros medios de Río Negro y Neuquén, resultó desmentida.

En cambio, hubo otras publicaciones que anunciaron además de su renuncia por la pérdida total de apoyo por parte de Perón y su seguro encarcelamiento. Todo ello fue amplificado por el conocimiento del testimonio de un empleado del Hotel Plaza de Neuquén, quien afirmó haber escuchado al director de El Territorio, semanario que si bien era peronista también estaba enfrentado a Belenguer, en una conversación telefónica desde ese hotel con su propia redacción en la que habría afirmado: “¿Sabe una noticia? A nuestro Gobernador lo tienen encanado en la Capital desde ayer a la tarde: ojalá que sea por un año”.

Los dichos fueron ratificados en sede judicial por varios testigos, generando un clima de alarma en el ambiente político neuquino. En el expediente judicial se apunta: “Que en la oportunidad, el bar se encontraba concurridísimo y es indudable que la persona ya mencionada trataba de propagar versiones alarmistas con el evidente propósito de desprestigiar al Señor Gobernador del Territorio”. Sin duda, esos rumores estaban dirigidos a erosionar la figura de Belenguer y evitar su continuidad al frente del gobierno. (2)

* Profesor y Doctor en historia. “Emilio Belenguer: un gobernador obrero. Liderazgo político en el primer peronismo norpatagónico: 1946-1955”, fue su tesis para acceder al título de Doctor en Historia por la Universidad Nacional del Comahue, aprobada con la máxima distinción el 7 de junio de 2024.

(1)Informe de la CIDE AHPN. Gobernación. Folio 4. La Coordinación de Informaciones del Estado (CIDE), de 1946, fue reemplazada diez años después por la Secretaría de Investigaciones del Estado (SIDE).
(2) AJLN. Expediente judicial N° 294. “Pintos Norberto supuesto desacato”. Leg. 1104. Año 1949. Folios 5 y 6.


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