La historia del offside, una regla que nació polémica y que definió el modo argentino de jugar al fútbol
Fue una de las primeras reglas que se dio el incipiente fútbol inglés en tiempos en que solo se jugaba en la isla británica. Cómo se fue modificando y qué tuvo que ver Escocia en "la nuestra", el estilo argentino de jugar al fútbol.
El Mundial de Qatar 2022, que este jueves comienza a despedir su fase de grupos, tenía entre manos un artefacto tecnológico que pocos tuvimos en cuenta hasta que, obviamente, ese artefacto se activó y alteró el curso de las cosas dentro de campo de juego. Hablamos del VAR Semiautomático.
Se trata de un sistema que permite detectar las situaciones de fuera de juego de forma rápida y más precisa ¿Qué tan rápida y tan precisa? Lo suficiente como para que, en promedio, se tome poco menos de 30 segundos en determinar que un futbolista está unos pocos centímetros adelantados porque medio tobillo o acaso un tercio de hombro están por delante del hombre o el tobillo del defensor rival. Nada que no esté escrito en reglamento, por cierto.
Ahora bien, tan importante (o más) como el brevísimo tiempo que se pierde es el tipo de offside que detecta, un tipo de offside que el VAR clásico probablemente no detectaría y que, en el nombre de “en la misma línea”, convalidaría la posición del atacante. En otras palabras, es probable que el “viejo VAR” hubiera convalidado alguno de los tres goles anulados a la Argentina contra Arabia Saudita. Porque ya no se trata de trazar líneas, sino de decenas de censores detectando posiciones.
¿Cómo funciona? 12 cámaras especializadas instaladas bajo el techo de cada estadio siguen 29 puntos corporales diferentes por jugador, datos que se tomarán 50 veces por segundo y que determinan con gran exactitud la posición de cada futbolista en el campo de juego, así como también sus extremidades y todas las partes del cuerpo que entran en juego para validar o no un offside.

Pero no es todo, la pelota también juega: tiene un sensor que envía datos 500 veces por segundo a la sala de videos del partido para detectar con precisión el momento exacto del pase. El VAR comprobará el momento en que es pateada la pelota y la línea de fuera de juego, avisando a los árbitros en menos de 30 segundos.
La primera intervención del VAR Semiautomático fue durante el partido inaugural, cuando detectó la posición adelantada del delantero ecuatoriano Michel Estrada ante Qatar. Pero nada se compara, al menos para los argentinos, con los ¡tres! offsides marcados ante Arabia Saudita, uno a Leo Messi y dos a Lautaro Martínez. Con el «viejo VAR», Argentina habría terminado el PT ganando 4-0, pero, lo sabemos, no fue así. Apenas nos fuimos 1-0 al entretiempo, luego nos lo dieron vuelta, perdimos, dudamos de todo lo actuado hasta entonces, al punto de no imaginar siquiera cómo ganarle a México. Y tampoco fue así,

Pero no estamos para hablar de la resurrección albiceleste en Qatar, sino de cómo la regla del offside fue polémica desde sus orígenes, de cómo influyó en el modo de jugar de acuerdo a cómo se la aplicar y de por qué el modo de aplicarla en Escocia influyó en el estilo argentino de jugar al fútbol. Porque sí, de algún modo, la ley del offside, los ingleses del sur, Escocia, los primeros maestros del fútbol argentino y los potreros están conectados.
Historia del offside: del hachazo inglés al juego de pases escocés
En un principio, el fútbol era gambeta, pero no la gambeta tal como la conocemos hoy, esa que a la que también llamamos regate o dribbling, el movimiento con pelota al pie en el cual la futbolista esquiva rivales en zigzag, sino algo mucho más rustico. Se trataba de agachar la cabeza y correr para adelante esquivando lo que por entonces estaba permitido: el hachazo, el acto de bajar al gambeteador de una buena patada en los tobillos o en las canillas.
En aquel fútbol casi sin reglas el juego de pases aun no tenía lugar, uno la llevaba y todos sus compañeros lo acompañaban por detrás suyo por si acaso el que la llevaba era derribado de un hachazo. Estamos a mediados del siglo XIX, los años de la Inglaterra victoriana, y el fútbol debía mostrar la superioridad del Imperio. El fútbol era cosa de tipos duros y el mundo debía saberlo.
Por entonces, se jugaba en las instituciones educativas y cada institución lo jugaba a su modo. No era lo mismo en Cambridge que en Chentelham o Westminster. En los claustros de aquellos colegios se reunían estudiantes y preceptores para darse entre sí acuerdos básicos del juego donde valía casi todo. Era necesario escribir sus reglas.
Eso comenzó a suceder a partir de la segunda mitad del siglo XIX. En 1948, en Cambridge se reunieron representantes de distintas universidades, entre ellas las de Rugby, Eton y Harrow, quienes escribieron el primer reglamento del fútbol y al que denominaron Reglamento de Cambridge. Catorce años después, en 1862, se publicó un nuevo reglamento llamado El JuegoMás Simple y a los pocos meses, ese mismo año, apareció una nueva versión de aquel primer intento de reglamento al que llamaron Reglamento del Fútbol de la Universidad de Cambridge. En noviembre de 1863 se estableció finalmente la Football Association (sí, la FA), que inmediatamente comenzó a trabajar en la unificación de criterios porque hasta ese momento cada colegio de cada región del sur de Inglaterra jugaba el futbol a su modo.
Finalmente, como no podía ser de otra manera, fue en una taberna de Londres y no en las oficinas de la FA, donde tomó -entre otras cosas- la decisión más importante hasta entonces: se prohíbe tomar la pelota con las manos. Tras cinco encuentros de álgidas discusiones en la taverna Fremason’s de la Lincoln Fields, el fútbol y el rugby decidían separarse. Sin embargo, algo propio del rugby iba a permanecer unos cuantos años más en el modo de jugar al fútbol, a partir de la creación, tiempo después, de una regla, acaso la primera en influir en cómo jugar. Sí, hablamos de la siempre polémica regla del offside.
Pero, lo que dividió para siempre a quienes jugaban al fútbol de entonces no fue lo de la pelota con la mano, sino la discusión sobre si el hachazo seguiría siendo legal. Y no, no siguió siendo legal. Muchos, ofendidos con este ablande del fútbol, abandonaron para siempre la disciplina.

Volvamos al juego. La gambeta se impuso como estilo a partir de la prohibición del hachazo y de la implementación de la Regla Seis, antecedente inmediato de la Ley del offside. Decía la Regla Seis: “Cuando un jugador patea la pelota, el jugador de su equipo que está más cerca de la línea de gol del rival está fuera de juego, y no debe tocar la pelota ni evitar del modo que sea que otro jugador la toque, hasta que vuelva a entrar en juego…”
Aquel offside del fútbol de fines del siglo XIX es exactamente igual al actual offside del rugby, donde ningún jugador del equipo que ataca puede estar por delante de la línea de la pelota. En aquel fútbol, sólo estaban permitidos los pases hacia atrás o hacia el costado, pero no hacía adelante. Por eso, prevalecía el modo de correr con la pelota adelante y todos sus compañeros detrás. Así las cosas, los equipos solo jugaban a perseguir la pelota o, mejor dicho, al que la llevaba.
En 1866, la Regla Seis fue modificada y quizás fue ese el momento en que realmente el fútbol se diferenció para siempre del rugby: se permitía el pase hacia adelante siempre que al momento del mismo hubiera al menos tres jugadores del equipo defensor entre el atacante receptor del pase y el arco. Aun así, nadie pensaba en el pase al compañero como opción válida.
Todo era así en el sur porque el norte las cosas eran bien diferentes. El Sheffield Club, fundado el 24 de octubre de 1857, creó sus propias reglas que distribuyó por la zona y no mencionaba de ningún modo la regla del offside. Recién en 1865 y a partir de una negociación previa a un partido con el Notts County, el Sheffield incluyó el offside entre sus reglas. Eso sí, exigía solamente la presencia de un jugador del equipo defensor entre el arco y delantero cuando éste recibiera el pase. La FA no aceptó la variante de Sheffiled por lo que durante varios años convivieron las dos reglas del offside, la del norte y la del sur. Recién en 1878, el Sheffield fue aceptado en la Football Association.
Más al norte de la isla, las cosas eran aún más radicales en cuanto al offside. En Escocia, un jugador estaba en offside solo si estaba delante del anteúltimo hombre rival y dentro de los últimos 14 metros de la cancha. Esta forma de aplicar el offside era mucho más generosa con la opción del pase Fue a parir de este tipo de offside que en Escocia los equipos practicaban un juego más vistoso y técnico y menos rustico que en el esto de Inglaterra. Entre los escoceses se imponía el juego de pases, pero no sólo por el modo de aplicar el offside, sino porque, de menor talla que los ingleses, le escapaban al roce físico que imponía la gambeta. Y lo que se vio allí fue un estilo de juego similar al que se vería poco tiempo después en los potreros, calles y patios rioplatenses.
No hay coincidencia, sino consecuencia en el hecho de que escoceses y argentinos hayan desarrollado en pase corto y la pared. Alejandro Watson Hutton, considerado padre del fútbol argentino, fundador y primer presidente de la Argentine Association Football League, antecesora histórica de la Asocciación del Fútbol Argentino, continuadora de aquella, y organizador del primer campeonato de la liga argentina, la cuarta más antigua del mundo, luego de la inglesa, holandesa y escocesa, fundador del Buenos Aires English High School y del club Alumni, el más ganador del amateurismo, era escocés. Y los hermanos Brown, Jorge Gibson, el mejor de todos, Carlos, Ernesto, Alfredo y Eliseo, primeas glorias del fútbol argentino de fines de siglo XIX eran nietos de escoceses.
El Mundial de Qatar 2022, que este jueves comienza a despedir su fase de grupos, tenía entre manos un artefacto tecnológico que pocos tuvimos en cuenta hasta que, obviamente, ese artefacto se activó y alteró el curso de las cosas dentro de campo de juego. Hablamos del VAR Semiautomático.
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