Para Unter “es lógico lo que piden los padres”

Habían pasado apenas tres meses desde su inauguración cuando se cayó parte de la losa de los baños. Los reclamos de la comunidad fueron constantes.

Los antecedentes de la Escuela primaria 317 pesan. Es que los libros de archivo que narran los acontecimientos de los 30 años desde la apertura del establecimiento y habilitación de parte del actual edificio, hablan de desprendimientos de techos y luchas de la comunidad educativa por deficiencias en la estructura edilicia.

“El primero fue el desplome de la losa de los baños a tres meses de su inauguración”, señaló ayer la directora del colegio del barrio 250 viviendas, Analía Páez, que ocupa el cargo hace dos años pero desde el 2001 trabajaba en la escuela.

Otro hecho sin heridos pero que pudo ser tragedia fue una mañana de marzo del 2013, cuando se cayó el cielo raso en el comedor, ubicado en una parte reacondicionada. “Habían pasado seis meses de su habilitación”, agregó.

En la actualidad, los padres se mantienen firmes en la negativa de que sus hijos suban al primer piso de la escuela, en donde se ubican las ocho aulas que dan lugar a los talleres. Los espacios más afectados son la sala de danza, una de las más complicadas por la vibración que genera justamente el baile de los chicos. El piso a la vista se observa más bajo que el nivel de los zócalos.

Arriba también se encuentra el laboratorio y desde la inhabilitación del sector se readecuaron las tareas sin los elementos propios del área. La sala de teatro y las de ingles, también se reacomodaron en la planta baja.

Dos bancos de madera seguían ayer bloqueando el asenso al primer piso y sólo la mitad de los 300 estudiantes cumplían la planificación de los talleres. Es que ante los problemas edilicios se resolvió dividir en dos grupos a los estudiantes: de primero a tercer grado asisten a los talleres lunes, martes y jueves. A los alumnos de cuarto a séptimo grado les toca la jornada extendida los miércoles y viernes.

“Lo que se garantiza a todos es la jornada simple, en todos los niveles”, enfatizó Páez, quien remarcó que desde la dirección “se trata de conciliar” y destacó que “los padres, la comunidad educativa, son el puntal”. De todos modos insistió en que “las clases se tienen que normalizar porque los chicos quieren venir y los docentes quieren trabajar normalmente”.

El dato

“El gobierno tiene que dar las garantías de seguridad y eso implica un estudio a conciencia con una inversión que merezca una escuela segura para los chicos, porque se paga por 1.000, y se ponen materiales por 100”, sostuvo ayer la secretaria general de Unter Roca, Cecilia Altamirano, sobre la escuela 317 .

“La escuela está construida sobre un pozo, hay problemas estructurales muy grandes. Poniéndole una viga se va a subsanar hasta que vuelva a haber un movimiento”, consideró.

En la semana y desde hace tiempo la preocupación general es si la parte alta resiste el uso intensivo que se le da. Y los padres necesitan que les den garantías sobre el lugar.

Datos

18
aulas hay en la escuela, de las cuales ocho se encuentran en la planta alta, donde se hará la obra para reforzar.

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