Djokovic, ¿negocio o deporte?

Novak Djokovic podría quedar inhabilitado para ingresar a Australia.

Desafiando temerariamente el recrudecimiento y las recidivas mundiales del Covid-19 -ahora predominantemente bajo el imperio de la cepa o variante Ómicron-, así como toda noción de igualdad de trato y de oportunidades, el inminente Abierto de Tenis Australiano dispuso una discriminación negativa excluyendo de ese Gran Slam a la tenista rusa Natalia Vijliántseva (un detalle no menor: esta deportista ocupa el 134 puesto del ranking mundial y está vacunada con Sputnik V, como muchísimos de nosotros que tampoco teníamos alternativas u opciones vacunatorias), debido a que la vacuna rusa no fue reconocida por el momento y no está autorizada a participar.

Simultáneamente el mismo Abierto de Australia previsto para el corriente mes de enero, habilitó a Djokovic ignorando sus pésimos antecedentes víricos, ello pese a no estar vacunado con ninguna vacuna –ni siquiera con las aprobadas por la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA) u otra semejante- y niegue al mismo tiempo, tal habilitación a la tenista sí vacunada con Sputnik, tal el caso de Natalia Vijliántseva; notable desigualdad que enoja al mundo pero aún sin condenas concretas y pertinentes de los países, federaciones, confederaciones, auspiciantes, sponsor´s, asociación de jugadores de la ATP; involucrados, directa e indirectamente.

Digresión: Atónitamente, a mediados de 2020, el mismísimo Novak Djokovic (autoproclamado tenista anti-vacunas), fue el primer ‘culpable’ irresponsable del brote de coronavirus que avergonzó al mundo. En efecto, el serbio, y número 1 del tenis mundial fue el impulsor del Adria Tour en junio 2020 ́en el que gravemente se infectaron varios jugadores, incluido el propio ‘Nole’ que estuvieron presentes en la escandalosa fiesta celebrada entonces en Serbia.

Djokovic, confeso anti-vacunas, viajó a Melbourne para disputar el Abierto de Australia a partir del 17 de enero luego de conseguir una “exención médica” por parte de las autoridades oceánicas. Pero, tras aterrizar este miércoles en la capital del estado de Victoria, el serbio quedó retenido por el personal de Migraciones del Aeropuerto Internacional Tullamarine debido a un ¿problema? con su visado.

Lo cierto es que el jugador serbio no pudo ingresar regularmente a territorio australiano, pero para impedírselo el gobierno del país oceánico esgrimió oficialmente la excusa de “errores en su visa” ante el creciente escándalo internacional de una absurda crisis diplomática entre Serbia y Australia.

Ante la violación de la ley y de la soberanía nacional australiana, sus autoridades fronterizas decidieron deportar a Novak Djokovicalguien con la arrogancia y petulancia propias de quien se siente por encima de la ley- después de que el mismo pasara unas 7 horas en el aeropuerto, específicamente porque el número uno del tenis mundial, soberbiamente, no cumplía ni cumple con los requisitos sanitarios que establece la isla, en plena crisis por una nueva ola de coronavirus.

Las autoridades australianas (por mucho menos), acaban de cancelar el visado a la tenista de República Checa Renata Vorácová. De tal manera, la misma (que incluso ya estaba participando en suelo australiano de la etapa preparatoria de este Gran Slam en cuestión) tendrá que volver a su país, informó este viernes la cadena pública ABC, sin perjuicio de apelaciones del caso, lucro cesante y tal.

Esto mismo nos permite anticipar como inminente o segura la decisión de revocarle el permiso de entrada al tenista serbio Novac Djokovic. Sospecho mucho si, para ello, esperarán hasta el lunes por venir dado el temperamento adoptado con la tenista checa, antecedente tan sintomático como sorprendente y adverso a Djokovic.

No obstante, los abogados del tenista consiguieron una audiencia para tratar de revertir el fallo. Así las cosas, el número uno del ranking del tenis mundial según la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) se encuentra esperando su desenlace con el veredicto respectivo; desenlace que podríamos anticipar como negativo y revés  ejemplificador para el 1 de la ATP.                                                                                                                                                                                                                                                  No podemos omitir que N. Djokovic sostuvo una y otra vez que antes que cualquier cosa o éxito profesional, “somos hijos de Dios, y que en medio de nuestras actividades diarias debes hacer presente a Dios en todos los ambientes, como en el Teni.s”

Ergo, los hechos relacionados revelarían también una redonda apostasía en tanto y en cuanto Novak Djokovic habría incurrido deliberadamente en una concreta negación de su cristianismo en la medida que no respetó la ley del gobierno australiano (Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios). Con su conducta irascible, teleológica, bíblica y hermenéuticamente Nole Djokovic negó la existencia de los dos planos cristológicos: el de la sujeción a las leyes civiles en el ámbito estatal y el de la obediencia a la autoridad de Dios desde la fe religiosa.  

Afortunada (y ejemplificadoramente) quedó claro que Australia no es un Estado anómico de desorganización social o aislamiento del individuo como consecuencia de la falta o de la incongruencia de sus leyes y normas sociales.

El deporte (el tenis lo es), básicamente consiste en una actividad o ejercicio físico inclusivo y neutral, sujeto a determinadas normas comunes para todos, que se practica con o sin competición de habilidad, destreza o fuerza física, y cuyas finalidades principales son las de contribuir al hermanamiento entre los pueblos estableciendo relaciones sociales entre diferentes personas y diferentes culturas, distinguiéndose por inculcar la noción de respeto hacia los otros, enseñando cómo competir constructivamente, sin hacer del antagonismo un fin en sí mismo; obviamente sin cabida para privilegios, discriminaciones,  lobby empresarios, corporativos y/o desigualdades deportivas ni complicidades periodísticas.

 La injustificada y privilegiada “¿exención médica’” a Novak Djokovic, en modo alguno pudo situarse por encima de Tratados o Acuerdos internacionales ni del Estado de Derecho o de la ley. A propósito, ecuánimemente según el objetivo número 10 de los ODS, “Reducir las desigualdades y garantizar que nadie se queda atrás forma parte integral de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”

De por sí, queda en evidencia que las vigentes reglas de juego en el deporte no serían iguales para todos. En efecto, por el momento y en este caso, azorados, observamos hasta dónde pueden escalar tales desigualdades no sólo en cuanto que las mujeres deportistas suelen tener sueldos más bajos, menos patrocinadores, peores condiciones de contrato y una presencia casi invisible en los medios de comunicación, sino, en este caso, también por la injusticia de género con la injusta exclusión deportiva de la esforzada deportista rusa, Natalia Vijliántseva, que noble y cabalmente, respetuosa de las leyes australianas no pretendió ningún privilegio.

Finalmente, en plena pandemia vírica correspondía dejar sin efecto tan flagrante desigualdad y escandaloso privilegio deportivo en el marco del Derby tenístico australiano, ello si verdaderamente nos determinamos para construir sociedades más justas, hermanadas, con perspectiva de género, pacíficas, integradas y resilientes.

De últimas se impuso el sentido común, la igualdad y la justicia deportiva, ordenando la autoridad australiana pertinente a ´Nole´ Djokovic su inmediato regreso a casa.

Como epílogo si se me permite, por qué no añadir … ¡Novak, go home, and please get, vaccinated!, esto es, ¡Djokovic, vete a tu casa, y por favor, vacúnate!


Novak Djokovic podría quedar inhabilitado para ingresar a Australia.

Desafiando temerariamente el recrudecimiento y las recidivas mundiales del Covid-19 -ahora predominantemente bajo el imperio de la cepa o variante Ómicron-, así como toda noción de igualdad de trato y de oportunidades, el inminente Abierto de Tenis Australiano dispuso una discriminación negativa excluyendo de ese Gran Slam a la tenista rusa Natalia Vijliántseva (un detalle no menor: esta deportista ocupa el 134 puesto del ranking mundial y está vacunada con Sputnik V, como muchísimos de nosotros que tampoco teníamos alternativas u opciones vacunatorias), debido a que la vacuna rusa no fue reconocida por el momento y no está autorizada a participar.

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