Forestaciones con álamos para la producción de postes en los valles de la Patagonia norte
Investigadores del INTA Alto Valle evaluaron diferentes densidades de plantación de álamos y su posterior manejo para la producción de postes como una alternativa productiva para la región.
En los valles del norte de la Patagonia, los álamos que principalmente se han utilizado para la implantación de cortinas rompevientos son el álamo criollo (Populus nigra ‘Itálica’), el álamo chileno (Populus nigra ‘Chile’), álamos híbridos euroamericanos (Populus x canadensis) y el álamo Bolleana (Populus alba var. pyramidalis). En la actualidad se recomienda principalmente el álamo Blanc de Garonne (Populus nigra ‘Jean Pourtet´) para la implantación de cortinas rompevientos con el objetivo de proteger los cultivos frutícolas, vitícolas, hortícolas y forrajeros. En el INTA Alto Valle evalúan diferentes clones de álamo y los beneficios de su implantación debido a que tienen mejores tasas de crecimiento y el desarrollo de una copa más amplia que el tradicional álamo criollo.
Según el ingeniero forestal Esteban Thomas -investigador de esa unidad del INTA- la adopción del álamo Blanc de Garonne presenta ventajas para los cultivos en función de las características climáticas regionales: “Los diseños de las cortinas rompevientos que incluyan un adecuado distanciamiento entre los árboles permiten obtener un rango de permeabilidad que reduce la velocidad de los vientos de la región”.
Si bien la madera de álamo proveniente de las cortinas rompevientos se destina principalmente a la industria del aserrado (producción de bins, pallets y cajones para el transporte de frutas y hortalizas, y de tablas, tirantes y otros materiales para la construcción), también se utiliza para la elaboración de postes impregnados que son usados para la instalación de sistemas de conducción de los montes frutales o de alambrados.
Los diseños de las cortinas rompevientos que incluyan un adecuado distanciamiento entre los árboles permiten obtener un rango de permeabilidad que reduce la velocidad de los vientos de la región.
Esteban Thomas, investigador del INTA Alto Valle.
El proceso de producción de postes impregnados comienza con la cosecha de los álamos, continúa con el trozado según la longitud deseada (desde 2,5m hasta 5m), el descortezado y la posterior impregnación con sulfato de cobre que permite una mayor durabilidad al proteger la madera de la degradación que provocan los hongos presentes en el suelo.
“Aunque no es habitual en la región, el establecimiento de forestaciones con el fin de obtener madera para la posterior elaboración de postes impregnados resulta una alternativa productiva”, señaló Stella Maris Ortiz -investigadora del INTA Alto Valle-.
El establecimiento de forestaciones con el fin de obtener madera para la posterior elaboración de postes impregnados resulta una alternativa productiva en la región.
Stella Maris Ortiz, investigadora del INTA Alto Valle.
Con el objetivo de evaluar el crecimiento de los individuos de álamo Blanc de Garonne en forestaciones con diferentes densidades -marcos de plantación-, en el año 2010 se estableció una parcela experimental en la Chacra 162 sur perteneciente al INTA Alto Valle de Río Negro ubicada en J. J. Gómez (Gral. Roca). Se utilizaron barbados -con raíz- de un año de edad que fueron implantados en tres densidades: 1.250 árboles/ha -4m x 2m-, 1.666 árboles/ha -4m x 1,5m- y 2.500 árboles/ha -4m x 1m-.
En el año 2018 se determinó el crecimiento del diámetro del tronco de los individuos seleccionados en las parcelas con diferentes densidades. Los resultados mostraron mayores tasas de crecimiento del tronco en la parcela con menor densidad (1.250 árboles/ha), con un incremento medio anual de 1,77 cm/año, en comparación a las de mayores densidades con 1,52 cm/año (1.666 árboles/ha) y 1,43 cm/año (2.500 árboles/ha).
En la actualidad se recomienda principalmente el álamo Blanc de Garonne (Populus nigra ‘Jean Pourtet´) para la implantación de cortinas rompevientos.
Ese mismo año, luego de evaluar el crecimiento de los álamos en función de las densidades de plantación, se instalaron subparcelas que fueron raleadas a la mitad de la densidad, cosechando árbol por medio dentro de cada fila, en los sectores con densidad inicial de 1.250 y 1.666 árboles/ha. De esta manera, en el sector con 1.250 árboles/ha -4m x 2m- se obtuvo una densidad de 625 árboles/ha -4m x 4m-, y en el sector con 1.666 árboles/ha -4m x 1,5m- se obtuvo una densidad de 833 árboles/ha -4m x 3m-.
Los resultados obtenidos al comparar el crecimiento de los álamos desde 2018 hasta 2022 en las subparcelas raleadas respecto de las no raleadas fueron los siguientes:
– El crecimiento observado en el sector raleado (625 árboles/ha) fue un 50% superior al sector no raleado (1.250 árboles/ha): 0,63 cm/año vs. 0,42 cm/año.
– El crecimiento observado en el sector raleado (833 árboles/ha) fue un 47% superior al sector no raleado (1.666 árboles/ha): 0,69 cm/año vs. 0,47 cm/año.
Las menores densidades y el posterior raleo permiten un crecimiento más rápido de los árboles, adelantando el momento de cosecha para la producción de postes.
Estos resultados muestran, por un lado, el crecimiento diferencial de los árboles en los sectores con tres densidades diferentes durante los años previos al raleo, y además, el crecimiento diferencial entre los sectores raleados y no raleados.
De acuerdo con los resultados de los ensayos realizados, las menores densidades y el posterior raleo permiten un crecimiento más rápido de los árboles, adelantando el momento de cosecha para la producción de postes.
“La disponibilidad de información a partir de experiencias regionales aporta a la planificación de la densidad de plantación y del manejo silvícola durante el ciclo forestal para obtener madera con destino a la producción de postes impregnados”, aseguraron los investigadores.
Por INTA.
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