María Lujan Bianchi: «Es posible desterrar la corrupción, y el cambio empieza de forma individual»

En una época donde la lucha contra la corrupción enquistada en la cosa pública está en las primeras planas, la integridad y la transparencia resultan ser elementos esenciales al momento de gestionar una empresa u organización. En este sentido, el compliance es una herramienta valiosa en ese camino, cada vez más extendida a nivel global. A ello refirió en diálogo con PULSO la especialista en compliance María Lujan Bianchi.

PREGUNTA: ¿Qué es el “compliance”?
RESPUESTA:
En principio el compliance es vivir de acuerdo a las normas. Tanto a las externas, como a las internas en el marco de una organización. Por normas externas nos referimos a las leyes, a los tratados, o decretos, sean nacionales o internacionales. Por internas referimos a códigos de ética, procesos o procedimientos. Pero si se traduce “compliance” al español, hablamos de “cumplimiento”, lo que vincula la idea a lo normativo. Pero el término en inglés es un poco más amplio y se vincula también a un tema de valores, de ética, de integridad. Por ello no se trata del cumplimiento per se, sino también del convencimiento.

P: ¿Cuál es rol del compliance oficer en las empresas?
R:
Originalmente, el tema nace como una forma de evitar situaciones de sobornos o corrupción. En la OCDE por ejemplo hay países que exigen a las compañías políticas de compliance. En Argentina existe la Ley 27.401 referida a temas de corrupción. No obstante, el compliance oficer de una compañía hoy no solo se ocupa de temas vinculados a la corrupción, sino de un abanico mucho más amplio de temas como por ejemplo defensa de la competencia, ciberseguridad, derechos humanos, discriminación o acoso laboral. El rol depende de cada empresa, en relación a qué tipo de responsabilidad se le da.

P: ¿El compliance oficer es alguien externo a la empresa o trabaja desde adentro?
R:
Idealmente siempre es mejor que el compliance oficer sea un rol interno a la organización, porque tiene que conocer el negocio, la empresa, los riesgos que tiene la organización. Un programa de integridad lo que hace es prevenir, detectar y sancionar incumplimientos al código de ética y conducta, o directamente ilícitos. Para eso hay que saber dónde pueden ocurrir esos incumplimientos y estar en el día a día del negocio. El compliance oficer sale de su oficina, recorre, escucha, habla y así comprende mucho mejor donde están los riesgos. Sin perjuicio de eso, si una organización entiende que no cuenta con los recursos para contar con el compliance oficer interno, temporariamente se puede aplicar como un rol externo.

P: ¿Quién define lo que se puede y lo que no se puede hacer en el marco de un programa de compliance?
R:
La ley de ética pública establece que los funcionarios no pueden recibir ningún tipo de regalo, ni de hospitalidad u obsequios, salvo por cuestiones diplomáticas. Luego las organizaciones también establecen sus propias políticas, porque puede suceder que no se trate lisa y llanamente de una coima, pero quizá un regalo, presente o beneficio, puede significar también una influencia en la conducta del otro. Las empresas establecen límites a los regalos u obsequios, e incluso algunas directamente los prohíben.

Cada vez que se habla de estas cosas, y por supuesto actúa en consecuencia, se contribuye a que las cosas cambien. Estoy firmemente convencida de que se puede cambiar, y de que ese cambio inicia en cada uno.

P: ¿Las empresas aplican el compliance por obligación o por convicción?
R:
Algunas empresas comienzan a aplicarlo porque es un requisito en los pliegos de licitación, en ese caso es obligación. Otras en cambio lo hacen por diferentes motivos. Porque lo ven como una forma de dar a sus empleados un marco de guía y protección para operar, o porque es una tendencia a nivel global, o por la necesidad de mostrarse como una empresa profesional de cara a otros mercados. Suele suceder que aquellas empresas que ingresan a un programa de integridad por obligación, después de un tiempo empiezan a ver el beneficio de aplicar compliance, y lo que parece un costo se convierte en una inversión.

P: ¿Cuáles son esos beneficios?
R:
La posibilidad de tener todo mucho más ordenado, mejorar el compromiso de los empleados, establecer reglas claras acerca de cómo operar. Además los clientes y los proveedores empiezan a detectar el cambio, y empiezan a valorarlo como positivo. Se trata de una transformación que alcanza a la cultura de la organización.

P: ¿Está al alcance de una pyme o se trata de algo para grandes corporaciones?
R:
El compliance puede aplicarse a empresas de cualquier tamaño. Es clave detectar en base al tamaño y las posibilidades de cada organización, quien puede asumir el rol del compliance oficer. De hecho la propia legislación establece que el programa de compliance debe ser adecuado al tamaño, el impacto, la capacidad económica y/o la cantidad de empleados de cada empresa. No se le pide lo mismo a una gran empresa que a una empresa chica o mediana.

P: ¿Es posible cambiar mediante el compliance una matriz de corrupción que parece enquistada en el país?
R:
En la medida en que estos temas comienzan a hablarse se genera una concientización, o un darse cuenta de la importancia del tema. Se trata de un cambio que comienza con el diálogo en el hogar, luego se amplifica por miles y por millones en el país. Cada vez que uno habla de esto, y por supuesto actúa en consecuencia, contribuye a que las cosas cambien. Estoy firmemente convencida de que se puede cambiar, y de que ese cambio inicia en cada uno.

PERFIL

María Luján Bianchi es Abogada (UCA), posgraduada en Derecho Mercantil y Civil en la Universidad de Salamanca y Máster en Administración de Empresas (Universidad Torcuato Di Tella).

Es Directora de la consultora Build The Future, especializada en Compliance, Género y Diversidad.

Trabajó por más de 15 años en prestigiosas firmas legales como “Brons & Salas” y “Estudio Moltedo”.

Fue Directora de Legales y Compliance para Latinoamérica en General Mills Inc. y Chief Compliance Officer para YPF SA.

Es Directora Académica y Profesora del Posgrado en Compliance de la Facultad de Derecho de la UCA.


En una época donde la lucha contra la corrupción enquistada en la cosa pública está en las primeras planas, la integridad y la transparencia resultan ser elementos esenciales al momento de gestionar una empresa u organización. En este sentido, el compliance es una herramienta valiosa en ese camino, cada vez más extendida a nivel global. A ello refirió en diálogo con PULSO la especialista en compliance María Lujan Bianchi.

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