$Libra: Un cisne negro que reconfigura el escenario político mientras crecen las tensiones macro
En solo una semana, el presidente Javier Milei protagonizó una estafa cripto, brindó un show dantesco junto a Elon Musk, y fue abrigado por "la casta" en el Congreso de la Nación. Como contracara, el acuerdo con el Fondo se demora y el atraso cambiario es cada vez más evidente.
Un cisne negro. Así definió el filósofo libanés Nassim Taleb al emergente de un hecho sorpresivo o inesperado que conmociona el estado habitual, natural o conocido de las cosas. Un episodio que difícilmente pueda ser encuadrado o analizado en base a los parámetros tradicionales y que necesita un nuevo marco de análisis.
En esa categoría podría inscribirse la participación del presidente Javier Milei en el lanzamiento de $Libra. Con un tweet el mandatario presentó una criptomoneda desconocida hasta ese momento, que terminó siendo una estafa. Nadie entre los propios ni entre los extraños imaginó un hecho semejante.
Tras la conmoción inicial, la secuencia posterior incluyó un segundo posteo del presidente alegando su propia torpeza, una fallida entrevista en la que se ve al mandatario dictándole las preguntas al periodista, y una serie de noticias que el gobierno intentó utilizar como “cortafuegos” para morigerar el impacto de la cripto estafa.
En ese último acápite se registró la represión a una minúscula manifestación de jubilados en las puertas del Congreso, el decreto que transforma el Banco Nación en Sociedad Anónima, y el debate en el Senado para convertir en ley la suspensión de las PASO en 2025. Ninguno de esos eventos logró eclipsar lo que a todas luces se ha transformado en un punto de inflexión de consecuencias aún desconocidas para la gestión Milei.
El trade off entre política y economía, es uno de los históricos debates en torno al ejercicio del poder. Siendo la “normalización” de la economía una de las principales banderas libertarias, y tras catorce meses de gobierno, su mayor fortaleza de cara a la opinión pública en un año electoral, el gran interrogante pasa por cuantificar que tanto puede afectar el traspié político al modelo económico de Luis Caputo y La Libertad Avanza.
Daño auto infringido
“Dicen que mi hermana tiene una guillotina. Bueno, sí, tiene una guillotina. Si usted hace algo en contra de los parámetros que nosotros defendemos, guillotina”, afirmó Javier Milei hace apenas diez días en referencia a la expulsión de Ramiro Marra del espacio oficialista.
Precisamente si hay una característica particular del escándalo $Libra, es la dificultad que tiene el gobierno para encontrar responsables por fuera de lo más alto del poder. Nadie, ni el periodismo, ni la oposición, ni un funcionario de rango menor, ni siquiera un evento externo, puede ser sindicado esta vez como responsable de una decisión individual e inconsulta del propio presidente.
En otras palabras, si hubiese que aplicar “guillotina” en este caso, los candidatos a la pena máxima no serían otros que el propio presidente Javier Milei y su hermana Karina Milei. Las explicaciones que el gobierno y el propio mandatario esbozaron acerca de un hecho que indefectiblemente involucra al presidente, son sorprendentemente endebles.

La cantidad de encuentros oficiales registrados entre Milei y los creadores de $Libra, Hyden Davis y Julian Peh, invalidan el argumento del desconocimiento previo acerca del proyecto. El hecho de que en la pseudo entrevista con Jonathan Viale el presidente no haya dedicado a Davis o Peh uno solo de los improperios que habitualmente utiliza para calificar a sus enemigos, también es llamativo.
En cualquier otro escenario, la afirmación de Davis respecto a su influencia sobre el presidente mediante pagos espurios a su hermana, ameritaría al menos una investigación de oficio de parte de un fiscal en Comodoro Py.
Con ese dantesco telón de fondo y en medio de una crisis auto infringida, hay dos hechos políticos que sobresalen como símbolo de época.
La negativa del Senado de la Nación a conformar una comisión investigadora independiente para el caso $Libra, es todo un mensaje de cara al electorado que este año debe refrendar bancas: el Poder Legislativo no está interesado en los pormenores de una estafa de alcance global que involucra de forma directa al presidente de la nación.
“Principio de revelación”, suele esgrimir Javier Milei. En solo dos semanas se cumple un año de la inauguración del periodo de sesiones ordinarias 2024, en el que Milei dio su discurso de espaldas a la Asamblea Legislativa a la que catalogó como “nido de ratas”. Vaya paradoja, ese mismo “nido de ratas” es el que hoy lo cobija ante su momento político más delicado. El caso $Libra terminó siendo la puerta de entrada definitiva de Milei a “la casta”.
Principio de revelación. El mismo Poder Legislativo al que Milei catalogó como «nido de ratas», es el que hoy lo protege frente a la estafa cripto que lo involucra de forma directa. El caso $Libra terminó siendo la puerta de entrada definitiva de Milei a “la casta”.
El segundo episodio tuvo lugar en tierra estadounidense, durante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), donde Javier Milei tuvo su cuarto encuentro con el magnate tecnológico Elon Musk. El acceso que el presidente tiene al círculo más alto del poder norteamericano, es por estas horas inocultable. También lo es su devoción por el multibillonario dueño de Tesla.
“Hello my friend!” gritó entre risotadas Milei al saludar a Musk, justo antes de ofrendarle una enorme y brillante motosierra. El artilugio de valor desconocido y creado por un ingeniero industrial de Villa Urquiza, es similar al que Milei posee en su despacho. Minutos después sobre el escenario, tuvo lugar algo pocas veces visto.
Musk hacía su presentación frente a los asistentes y anunció que el presidente Milei le había traído un obsequio. Acto seguido, el mandatario ingresó al escenario para entregar en vivo la motosierra a Elon Musk. El magnate tomó la motosierra y comenzó a blandirla, mientras Milei se vio a todas luces desorientado. El presidente quedó fuera de la escena, sin comprender si debía retirarse del escenario, o asumir el rol de mascota tercermundista en un show de opulencia, que claramente no era el suyo. Pareció elegir la segunda opción.
WATCH: President @JMilei of Argentina presents @ElonMusk with the 'Chainsaw for Bureaucracy' at @CPAC⤵️ pic.twitter.com/6x9kfq5S8P
— CPAC (@CPAC) February 20, 2025
La investidura de un presidente pocas veces estuvo más rebajada a la vista de todos, frente al poder de un multi millonario. Tras apreciar el espectáculo del que fue parte el presidente, una pregunta natural sería cuánta resistencia puede llegar a ofrecer Javier Milei si por ejemplo Elon Musk solicitara acceso libre a las minas de litio del noroeste argentino o a las frecuencias del 5G que hoy opera ARSAT.
La manera en que ambos episodios ilustran la política de la época debe ser contrapesada con el impacto que pueda tener la política sobre la economía, sobre la que Javier Milei ha montado todo su andamiaje discursivo.
Tensiones que crecen
El golpe que el escándalo $Libra ha provocado a la gestión de gobierno alcanza al corazón del relato oficialista en materia económica: la inflación. El dato correspondiente al pasado mes de enero, es el mejor registro mensual de inflación en cuatro años y medio.
No hay mejor noticia para un gobierno cuyo objetivo principal desde el día cero fue poner fin al flagelo inflacionario. El escándalo provocado por el propio presidente, enterró el dato en el olvido de la agenda pública en apenas 24 horas. Lo cierto es que mientras la estafa cripto acapara la atención, las fragilidades que exhibe la economía siguen presentes, y se hacen cada vez más profundas.
Detrás de la bizarra puesta en escena junto a Elon Musk, la agenda de Javier Milei junto al ministro de economía Luis Caputo en su noveno viaje a los Estados Unidos desde que es presidente, tuvo dos intenciones bien claras. La primera era abrochar anuncios reales y concretos de inversión privada en Argentina. La segunda era terminar de cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. En las valijas no trajo ninguna de las dos respuestas.

El entendimiento con el organismo multilateral se ha convertido en condición necesaria para sostener el esquema monetario y cambiario actual que reviste reservas netas negativas en el Banco Central por más de u$s 10.000 millones, y un atraso cambiario cada vez más evidente, con vencimientos totales por más de u$s 18.000 millones este año, y elecciones en octubre.
Las versiones señalan que el estado en que se encuentra la negociación es el mismo que antes de la reunión entre el presidente y la directora ejecutiva del FMI, Kristalina Georgieva. La mayor fortaleza argentina hasta el momento, es la simpatía de Donald Trump por Javier Milei, algo que entre los libertarios se festeja como un triunfo, pero que hasta el momento no ha traspasado la barrera de lo protocolar.
Desde el gobierno, admiten que esperan lograr desembolsos por no menos de u$s 15.000 millones y que el acuerdo se rubricaría a mediados de abril, tal como anticipó el ministro Caputo la semana pasada.
Desde el organismo, mantienen las mismas reservas que hasta la semana anterior. No comprenden la manera en que el gobierno pretende utilizar los nuevos desembolsos del Fondo para abrir el cepo, sin que los dólares que ingresen se terminen drenando en la pulseada cambiaria, tal y como sucedió en el año 2018.
Al respecto, dos datos son sumamente descriptivos del escenario en que se da la compulsa con el FMI.
En la última licitación de deuda pública realizada la semana pasada, la Secretaría de Finanzas logró un roll over de solo el 78%, pese a convalidar tasas de interés por encima de la curva de mercado. Se trata de toda una señal.
La demora en el acuerdo con el Fondo Monetario sigue girando en torno al mismo punto: el atraso cambiario. En organismo no comprenden la manera en que el gobierno pretende utilizar los desembolsos para abrir el cepo, sin que los dólares que ingresen se terminen drenando en la pulseada cambiaria.
El mercado está solicitando un premio mayor para colocar la liquidez en pesos en instrumentos de deuda pública. Eso colisiona de frente con el objetivo de levantar el cepo cambiario, en tanto la condición que Milei y Caputo esbozaron para ello, es que la tasa mensual de inflación, la tasa mensual de devaluación (crowling peg) y la tasa mensual de interés en pesos, estén “alineadas”.
Convalidar una suba de tasas para lograr el roll over de la deuda de corto plazo, sería una verdadera contradicción, que muestra el verdadero estado de presión cambiaria que existe en la plaza. Las expectativas de devaluación son cada vez más firmes.
El segundo dato lo ofreció esta semana el JP Morgan. En un informe que circuló entre inversores y funcionarios, la entidad bancaria internacional fue lapidaria con la política cambiaria de la gestión Milei. Allí se afirma que solo en 2024, Argentina destinó u$s 21.000 millones de reservas para contener el tipo de cambio. Agrega además que se destinaron otros u$s 18.000 millones al “dólar blend”, que permite a los exportadores liquidar un 80% de las divisas en el mercado oficial y un 20% en el contado con liquidación (CCL).
La suma arroja la friolera de u$s 39.000 millones destinados solo a sostener el atraso cambiario como ancla antiinflacionaria. Un monto muy similar al que el Fondo le otorgó a la gestión de Mauricio Macri.
El informe de JP Morgan agrega que incluso si se alcanzara un acuerdo con el Fondo Monetario, las reservas netas continuarán siendo negativas en 2025.
Es el mismo diagnóstico que mantiene el organismo: la ecuación cambiaria es inconsistente. O traducido, es necesaria una devaluación.
Un cisne negro. Así definió el filósofo libanés Nassim Taleb al emergente de un hecho sorpresivo o inesperado que conmociona el estado habitual, natural o conocido de las cosas. Un episodio que difícilmente pueda ser encuadrado o analizado en base a los parámetros tradicionales y que necesita un nuevo marco de análisis.
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