Sergio Massa dijo de sí mismo hace ya largos cinco meses que llegaba al ministerio de Economía para reparar las numerosas filtraciones del barco que recibió como herencia de sus antecesores de al menos las últimas dos décadas. Habló de un Titanic a punto de irse a pique. Sin embargo, por más buena voluntad que ponga en la tarea es su propio accionar o el de sus socios del Frente de Todos el que lo mantiene atrapado en una jaula autoconstruida, tal como le pasaba a los recordados Tres Chiflados e