Las ambiciones reformistas libertarias del presidente Javier Milei chocaron esta semana contra la realidad política y la división de poderes de la República, que marcaron los primeros límites a sus ambiciones. La duda que persiste es si en el equipo del mandatario se impondrá la veta pragmática, que busca salvar la mayor parte posible de sus iniciativas y encarrilar el gobierno, o el sector más dogmático, que pretende forzar al máximo las instituciones para conseguir todo lo propuesto sin molest