El gobierno realizó su enésimo giro diplomático al votar, junto con los Estados Unidos, un reclamo en la OEA por el encarcelamiento de los presos políticos en Nicaragua, días después de tener que recomponer de urgencia los lazos diplomáticos con la gestión de Joe Biden por gestos y discursos desafortunados, en medio de la delicada negociación con el Fondo Monetario Internacional. La postura sorprendió no por la situación en Nicaragua, donde el presidente Daniel Ortega mantiene una política