El jueves pasado entregó una postal de la profunda desconexión entre la clase política y los problemas reales del país. Mientras se daban a conocer los catastróficos índices de pobreza con que culminó el año pasado, el Senado se veía imposibilitado de sesionar por un escándalo entre oficialistas y opositores por cuestiones de poder, que dejaron sin tratar varios proyectos esperados por los ciudadanos, algunos presentes en el recinto, que se fueron con las manos vacías. No por esperado el da