El corazón puesto en Qatar: la Selección Argentina se acerca al Mundial

Directo, sin sobresaltos ni turbulencias. El vuelo a Qatar está despejado de obstáculos para la Selección Argentina, que llevará a Lionel Messi y compañía a la última aventura de su capitán en busca de ese objeto del deseo llamado Copa del Mundo.

Este equipo recorre la parte final del camino al Mundial en el desierto, y lo hace sin ataduras, sin deudas ni tampoco grietas. El crecimiento ha sido de menos a más, con una evolución libre de comportamientos presuntuosos y sin la fantasía petulante de un invicto de 26 partidos que le da al equipo cierto aura de invencible.
Un rótulo inequívoco desde lo estadístico pero también traicionero si se lo toma como causa y no como consecuencia.

Anoche en Montevideo, la Selección, con el zapalino Marcos Acuña como titular en la banda izquierda de la defensa, brindó una imagen desacostumbrada si se tienen en cuenta las últimas actuaciones, y venció por la mínima a un Uruguay que ya no tiene margen porque hoy por hoy está fuera de Qatar.

La serie positiva se extendió sin el crack rosarino entre los 11 iniciales, que arrancó en el banco cuando se creía que iría de titular. En su lugar, y en una nueva chance por reverdecer su condición de heredero de la ‘10’, Paulo Dybala dijo presente en el estadio montevideano Campeón del Siglo. Por primera vez en la era del profesionalismo, un Uruguay – Argentina se jugó por fuera del icónico Centenario.

En Montevideo, el viejo clásico del Río de la Plata rememoró batallas, algunas de ellas ya centenarias pero que no han perdido ferocidad y carácter en estos tiempos modernos.
Es por eso que la Selección tuvo que apelar a esa semblanza que ha adquirido como campeón de América, y que le ha dado la posibilidad de adaptarse a la dinámica que dicte un partido bravo como el de anoche.

Uruguay de entrada quiso ser otro al que fue bailado en el Monumental. Presionó de manera asfixiante la salida albiceleste, y hasta tuvo una chance muy clara con una pelota suelta en el área que Emiliano Martínez resolvió a puro reflejo ante un remate a quemarropa de Nahitán Nández.

Antes del 1-0, esta BRILLANTE atajada de Dibu Martínez. SIEMPRE EL DIBU, SIEMPRE. #EliminatoriasEnTyCSports. pic.twitter.com/Aq6VqoNqcJ

— TyC Sports (@TyCSports) November 12, 2021

La respuesta argentina no pudo ser más efectiva. Dybala justificó en una jugada por qué fue el elegido para reemplazar a Messi, y luego de robarle un balón a Piquérez, cedió el balón a Di María que con su zurda angelical la colgó del ángulo más lejano de Muslera. Golazo, en la noche en que el Fideo fue capitán.

Sí, es para verlo MIL veces 👏👏👏. #EliminatoriasEnTyCSports. pic.twitter.com/9YUdjs29Pi

— TyC Sports (@TyCSports) November 12, 2021

A partir de ahí se terminó la presión charrúa, pero el pecado argentino fue que en el manejo del balón hubo cierta displicencia y le regaló situaciones a Uruguay, como el remate de Luis Suárez que dio en el palo pasada la media hora.

Argentina arranco el complemento sin Dybala (con una molestia), pero en su lugar no ingresó Messi sino Joaquín Correa. La Albiceleste siguió con falta de movilidad y errores de manejo que provocaron llegadas uruguayas, y es por eso que Scaloni recurrió a Papu Gómez y Ángel Correa para desactivar tal falencia.

En parte lo logró porque de a poco Uruguay se fue apagando y llegando a la media hora sumó preocupaciones porque Messi ingresó para jugar la parte final del clásico.
El crack llegó desde el PSG con molestias en la rodilla izquierda y el isquiotibial de la misma pierna, aunque durante toda la semana se entrenó a la par de sus compañeros, pero fue preservado para el duelo ante Brasil, el próximo martes en San Juan.

A pesar del ingreso de Messi, el partido de Argentina siguió siendo utilitario y con cierta fortuna para mantener la ventaja. Los minutos finales fueron a pura resistencia, aguantando una ventaja mínima para una victoria vital que lo acerca al objetivo.

El principal valor del paso por Montevideo fue el triunfo y que la clasificación al próximo mundial ya sea una posibilidad palpable. Argentina se dio el lujo de ganar el clásico (casi) sin Messi, pero con el protagonismo de otras piezas clave, como Dibu Martínez o Cuti Romero, que realzan el concepto de equipo. Un aspecto de superación que esta selección también debe celebrar.