El delivery por celular y los mensajeros, una difícil (aunque no imposible) convivencia
El funcionamiento de las aplicaciones digitales Glovo y Pedidos Ya están en el centro de la polémica por sus pocos requisitos y la frágil seguridad laboral que ofrece.
La llegada de las aplicaciones Glovo y Pedidos Ya a la ciudad de Neuquén estuvo cargada de polémica y opiniones encontradas con respecto a su funcionamiento. Las imágenes de jóvenes que trasladan en bicicleta, a gran velocidad, los pedidos de comida o bebidas para obtener un ingreso extra se multiplican. Pero las mínimas condiciones que exigen en el trabajo y el abaratamiento de gastos ¿Constituye una competencia desleal para otros trabajos?
La función que cumplen las aplicaciones digitales de buscar y llevar comida de locales se asemeja a la de los mensajeros que transportan paquetes para las empresas.
El trabajador de mensajería Miguel Rossi opinó que «no son muy diferentes las condiciones» laborales entre los mensajeros y repartidores aunque estos últimos «vienen a competir deslealmente porque les sale más barato que un mensajero”.
Los servicios de mensajería se basan en trasladar papeles, paquetes y objetos de una empresa hacia un particular o al revés. El mensajero Walter Villalobos no coincidió con la opinión de Rossi. “Yo creo que no nos sacan trabajo porque ellos están más con la comida, los mandados y además andan en el centro. Nosotros andamos por todos lados; vamos a Cipolletti, Cinco Saltos. Además el horario es distinto. A nosotros nos salvan las grandes empresas, pero en un futuro no sé cómo será”, evaluó.
El reciente desembarco de las aplicaciones digitales genera que los entes e instituciones no tengan una opinión formada sobre su funcionamiento y seguridad laboral.

El vicepresidente de Acipan Edgardo Phielipp informó: “Lo estamos contemplando pero no hay una evaluación concreta de los efectos públicos. Todavía se conserva mucho la asistencia de la gente a comprar en los negocios. Estamos trabajando sobre el tema. Para evitar situaciones conflictivas hay que darle un marco”.
Los requisitos para ser repartidor de Glovo son ser monotributista, poseer un medio de transporte con los papeles al día y tener un teléfono 3G disponible. Lo que se cuestiona es la falta de contrato que lo reconozca como trabajador de la empresa y la falta de cobertura de salud, dado que la empresa impone los requisitos pero no asegura las condiciones de seguridad.
El abogado laboral Walter Pinuer explicó: “El contrato le daría el viso de legalidad para acceder a un contrato de locación de servicio. Sin contrato en base a la ley de contrato de trabajo hay una presunción de relación de dependencia. Porque la persona está sujeta a las directivas de una aplicación que le dice dónde, cuándo y cómo trabajar”.
La aplicación otorga únicamente la mochila para trasladar los pedidos, una especie de caja-mochila que además se utiliza como publicidad móvil y, según el código de Transporte, no cumple con las normas de seguridad establecidas ya que no está sujeta al vehículo, explicó el profesional. “Las personas que están prestando el servicio están en una situación de vulnerabilidad, no hay ningún tipo de garantía o seguridad para la persona que cumple la tarea. La flexibilización aparece en época de crisis, no aparece cuando hay seguridad jurídica”, concluyó Pinuer.
La llegada de las aplicaciones Glovo y Pedidos Ya a la ciudad de Neuquén estuvo cargada de polémica y opiniones encontradas con respecto a su funcionamiento. Las imágenes de jóvenes que trasladan en bicicleta, a gran velocidad, los pedidos de comida o bebidas para obtener un ingreso extra se multiplican. Pero las mínimas condiciones que exigen en el trabajo y el abaratamiento de gastos ¿Constituye una competencia desleal para otros trabajos?
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