El frío silencio del Poder Judicial
No es salud, el silencio no es salud. En democracia el diálogo, el debate, la opinión, los discursos son saludables. Y además, esperables, recomendables, imprescindibles para orientar las políticas públicas, el accionar estatal, la convivencia social.
Pero en uno de los hechos político- institucionales más importantes en los últimos meses de la provincia, la asunción de les nueves integrantes del Superior Tribunal de Justicia, la renovación de dos de sus cinco integrantes, del cuarenta por ciento de su composición, primó el silencio. Nadie habló, nadie dijo. Cuando habla el silencio, hablan las sombras, los detrás de escena, los metamensajes palaciegos. Callan en consecuencia los conceptos, la explicitación de direccionalidades, rumbos, sentidos democráticos, abarcadores de la justicia tan reclamada como buscada por los que padecen múltiples problemas, injusticias o ausencia de derechos.
El acto más que protocolar fue frío, gélido. Los silencios resaltan los malos gestos en la política. La gobernadora no habló, sólo tomó juramento. No emitió opinión sobre esta nueva composición y etapa en el STJ. Tal vez no se pretenda mejorar nada. El presidente del Superior, y sus dos vocales que también ocuparon anteriormente el máximo lugar del poder judicial rionegrino, tampoco.
Tal vez haya ausencia de diagnóstico, autocrítica, metas, búsqueda de acercamiento con el ciudadano de a pie, al que llaman “el judiciable”. Llamativo dentro de la helada primacía de la formalidad protocolar, su único incumplimiento fue cuando significativamente se nombró al presidente del bloque del oficialismo, incluso antes que al vicegobernador y presidente de la legislatura. Gestualidad que resaltaba el triunfo en ubicar dos vocales oficiales.
Marcelo Mango
Legislador rionegrino Frente Grande-TodesRN
(Extracto del texto enviado)
CIPOLLETTI
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