El Gobierno admite que 2016 fue un “año duro” para los asalariados
Marcos Peña también afirmó que hay “una gran esperanza de que a partir del año próximo vamos a estar mejor”.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, admitió hoy que 2016 fue un “año duro” para los asalariados y, en referencia al reclamo de la CGT a favor de una ley antidespidos, afirmó que si bien al Gobierno le “encantaría que haya no un millón de puestos de trabajo más, sino cinco millones”, una norma de esa naturaleza no parecería ser “la solución”.
“Está claro que nos encantaría que haya no un millón de puestos de trabajo más, sino cinco millones más y si se pudieran crear por ley, sería todo más fácil”, reflexionó Peña, aunque advirtió: “No sé si es la solución”.
De todos modos, el funcionario nacional sostuvo que desde el oficialismo “vamos a estar abiertos al diálogo” con las “organizaciones sociales y la CGT”, en la reunión prevista con la central obrera la semana próxima.
En declaraciones a radio La Red, consultado sobre las necesidades de los trabajadores, el funcionario admitió que 1016 fue “un año recesivo” que derivó en una “situación que ha afectado mucho el bolsillo de los argentinos”.
“El salario ha caído parcialmente, lo sabemos, y sabemos que es un año duro en ese sentido”, aceptó.
Sin embargo, añadió que “también sabemos que hoy estamos sentando las bases para un año de crecimiento el año que viene después de cinco años sin crecer. La mayoría de los argentinos -enfatizó- tiene una gran esperanza de que a partir del año próximo vamos a estar mejor”.
Al definir como “chicanas” las críticas del kirchnerismo por las promesas de campaña, al cumplirse ayer un año del histórico debate entre Macri y el ex candidato del Frente para la Victoria Daniel Scioli, Peña insistió en que el Ejecutivo en estos meses “lo que hizo fue evitar una gran crisis” por la situación que dejó el país la administración anterior.
“Lo que se hizo fue evitar una gran crisis, normalizar una economía que era una de las más cerradas del mundo, con una de las inflaciones más altas del mundo, con un default que impedía tener financiamiento a tasas más bajas para la gente”, enumeró.
El ministro coordinador subrayó que “lo que estamos viendo es un ordenamiento que ha sido duro, complejo, pero que se sostiene a partir de la expectativa porque sabemos que es el camino para poder crecer”.
“Tenemos un país que está arrancando”, abundó e insistió en apuntar al kirchnerismo: “Para la gran mayoría de los argentinos tener un gobierno que miente, que agrede, que por lo que se ha visto roba y que no resuelve los problemas, no es lo mismo que tener un gobierno que trabaja con buena fe, cerca de la gente, que no está con problemas de corrupción, que está transparentando el Estado, que logra el diálogo político y logra una perspectiva de futuro”.
El jefe de Gabinete volvió a hacer hincapié en la “esperanza” que dijo observar en la “gran mayoría” de la población para que este gobierno avance en los cambios que considere necesarios: “No creo que solamente la cuestión sea el corto plazo del bolsillo”, estimó.
Al volver a referirse al cara a cara que protagonizaron Macri y Scioli en el último tramo de la campaña electoral, Peña destacó que “fue un día muy importante ya que por primera vez hubo un debate presidencial, luego de varias campañas presidenciales donde la ex presidenta (Cristina Kirchner) no hablaba con los medios; eso fue un salto institucional muy importante”.
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