El lado humano de la cuarentena: no abandona a sus mascotas y espera la vuelta a casa

Sebastián Castro es el protagonista de esta historia, pero no es el principal, ya que él mismo priorizó a sus nuevas amigas. Si bien todavía siguen en Luján, no pierde las esperanzas de volver a su provincia con sus animales.

Primavera 2017. Sebastián Castro, un neuquino de 34 años, emprendió su viaje en bicicleta para cumplir su sueño: conocer Sudamérica. Con el sol marcando el calor en la frente, el aire ahogando su sonrisa ó la lluvia empapando su cuerpo hasta los huesos, Castro no se dió por vencido y siguió pedaleando.

El aventurero recorrió casi toda Argentina, Uruguay y un poco de Chile. Haciendo changas o con trabajos de más de un mes, Sebastián sostenía su rumbo y logró concretar gran parte de su sueño. Cuando viajaba de Mar del Plata a Luján, se encontró con dos amigos que formarían parte de su vida y sus afectos más cercanos: una perra a la que llamó Negrita y una gata a la que bautizó Ingrid.

Castro recuerda el día que encontró abandonada a Negrita, fue en Mar del Plata. No dudó en adoptarla. «Le enseñé a andar arriba de la bici y ahora no quiere bajarse», cuenta. El animal cuyos ojos se pierden en su pelaje negro y lanudo, con una mancha blanca en su barba y pecho, pareciera expresar en su mirada la felicidad de vivir la aventura a la par de su compañero rescatista.

Negrita e Ingrid, esperan junto a su dueño poder volver a Neuquén.


La historia de la gatita es más reciente. Leyó que la habían abandonado y tampoco dudó en ir por ella. El joven cuenta que el primer día, los animales, no se podían ni ver, «asi que les dije o se amigan o nos separamos y cada uno por su lado. Y sorprendentemente cuando volví, estaban juntitas mirándome. Ahora son inseparables, duermen juntas y se llevan muy bien».

El viajero agradece profundamente la solidaridad de la gente que le ha regalado cosas para él y sus mascotas de manera desinteresada. «Estoy parando cerca de la basíllica (en Luján) en una casilla que me pasaron. Hay un circo y estaba trabajando, pero acá cerraron todo para evitar efermarse», contó Castro haciendo alusión a las medidas tomadas por el coronavirus. «Estoy cumpliendo la cuarentena. Me han traído cosas para mí y mis mascotas, que prometí no abandonar por nada en el mundo», aclara emocionado.

En Chos Malal, de donde es oriundo Sebastián, lo espera su hermano y en Neuquén capital, su madre.


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