Escuela Domingo Savio, obra del padre José Grigioni
Neuquén

El recordado padre José María Grigioni realizó una vasta y fructífera labor en la capital neuquina y sobre todo en el barrio El Progreso. Una de ellas fue esta escuela que se inició como anexo de la Escuela N° 256 del barrio anteriormente mencionado. Debido al incremento de la población del lugar, el padre José ofreció los salones de la catequesis de la parroquia Virgen de Luján para el dictado de clases. El 10 de marzo de 1981, atendiendo al pedido del sacerdote, el gobierno autorizó la creación de la escuela parroquial Domingo Savio.
Ese año inició el ciclo lectivo con 10 primeros grados, un segundo y un tercero y su director fue el padre José. Al año siguiente se inició el comedor escolar con 180 alumnos que más lo necesitaban. Posteriormente el ministro de Economía y Obras Públicas de aquel entonces llamó a licitación para la construcción del edificio propio. Mientras tanto la escuela seguía funcionando en las aulas de catequesis de la parroquia Virgen de Luján. En 1985 egresó la primera promoción y al año siguiente fue la inauguración del nuevo edificio en el barrio Islas Malvinas con 10 aulas y servicios complementarios.
Un ejemplo de institución que albergó y alberga en sus aulas niños carenciados de una sociedad barrial popular y que el padre José supo contener y atender con humildad cristiana
Posteriormente se construyó el comedor todo en bien de los niños y jóvenes más desprovistos. Dentro de la misma manzana sentó las bases de los futuros talleres que se terminarían de construir y habilitar de la mano de los Hermanos Maristas. En las palabras alusivas, el día de la inauguración, el padre José agradeció el apoyo oficial y convocó a los padres a participar en la labor educativa de sus hijos y se refirió a los padecimientos de los niños, haciendo hincapié en que la escuela estaría destinada a esos niños y jóvenes con más carencias. Poco a poco se fue incrementando el radio y la matrícula, como así también la planta funcional de la escuela. Al pasar de los años, el padre José buscó una congregación a quien entregar el establecimiento escolar para continuar él haciendo otras obras en distintos lugares.
En 1991 la escuela pasó a manos de la Congregación de los Hermanos Maristas. El hermano Horacio Bustos es el primer hermano marista en llegar a la escuela para hacerse cargo. Comenzó así una nueva etapa en la historia institucional. Ese mismo año se realizó el acto de reconocimiento y agradecimiento a la obra del padre José y la bienvenida a la Congregación Marista. En 1993 se construyeron nuevos espacios a los que ya había comenzado el padre, para futuras aulas y talleres. Posteriormente se inauguró el Cemoe Marcelino Champagnat, dentro del mismo predio de la escuela, ocupando la esquina de Catriel y Antártida Argentina.
El 19 de agosto se inauguró la capilla Nuestra Buena Madre, perteneciente a la parroquia Virgen de Luján. Cuando la escuela cumplió sus Bodas de Plata, en el 2006, dentro de las actividades festivas del año se realizó un homenaje al Padre José, en agradecimiento a su entrega generosa, siendo recibido y acompañado por numerosas familias, alumnos, exalumnos, auxiliares, docentes, directivos y hermanos maristas.
Un ejemplo de institución que albergó y alberga en sus aulas niños carenciados de una sociedad barrial popular y que el padre José supo contener y atender con humildad cristiana tomando como ejemplo la vida del santo Domingo Savio.
Beatriz Carolina Chávez
DNI 6.251.256
Neuquén
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