Don Cornelio: recuerdos de la joya oscura de aquel under porteño
“Pozoguerrilleroirascible”, la biografía de Don Cornelio escrita por Santiago Segura, incluye recuerdos de un fan rionegrino, testigo de época y autor de esta nota.
Don Cornelio y La Zona fue una banda de rock que agitó la segunda mitad de los ’80, cuyo cantante y letrista fue el recordado Palo Pandolfo. Dejaron una marca con apenas dos discos de estudio y no demasiados shows en vivo, que no solían ser masivos por otra parte. El mes pasado se presentó en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires un libro que refleja su trayectoria y legado artístico. Quien escribe las siguientes líneas es simplemente un fan rionegrino de este grupo de culto, a quienes pudo ver en vivo un par de veces y que aportó algunos recuerdos para esta primera edición, a pedido de su autor.
Qué banda. Qué libro. Llegué a las últimas páginas de “Pozogurerrilleroirascible” deseando que no terminara. Leve tensión soportable, sabiendo que los finales a destiempo son parte del lado corneliano de la vida. Una semana compenetrada, y eso que podría haberlo devorado en dos días. Solo que abrí una vía paralela a medida que avanzaba por el relato coral, para cotejar datos o material existente en internet. Lo cual alargó cualquier plazo previsto. Además, esta completísima cronología invita a volver a páginas ya leídas, para recorrer otra vez situaciones increíbles, maravillosas o acojonantes, que ya están para siempre en formato impreso. Su autor Santiago Segura hizo el libro total de una banda incomparable. ¿Acaso maldita como pocas?
Estamos en tiempos de revisión. Conmemoramos los años en que el rock cómo género dominaba en inglés y en español. Abundan las publicaciones de memorias o de perfil biográfico, las remasterizaciones, los podcasts, los mashups, las biopics… Variantes de la “retromanía” que postuló el crítico Simon Reynolds. A raíz de esto, destaco lo que alguien señaló en las redes sociales: que Don Cornelio fue tan omitida como ignorada en el documental “Rompan todo” de Netflix. No es casual ni sorprende. Se trata de contenido-entertainment firmado por la industria audiovisual y coproducido por Gustavo Santaolalla, jugador del negocio de la música y de otros rubros como la exportación de vinos, la elaboración de yerba e incluso las comunicaciones. Gente cuyo radar solo se enciende ante determinados sucesos u oportunidades. Pero hay bandas y seguidores que vibran en otra frecuencia.
Más allá de la alta rotación de su hit “Ella vendrá”, DonCo demostró no haber sido negocio en absoluto. Ni industria, ni oportunismo marketinero, ni venta de rebeldía. Tampoco una propuesta independiente con toques demagógicos para estadios con pogo. Más bien fue la experiencia inédita de un grupo de dementes. Que desdeñaron chances de masividad priorizando la poesía urgente, la expresión visceral, el autoflagelo con sustancias para ver hasta dónde sentir o llegar. Haciendo lo suyo con originalidad, tocando, corriendo, acelerando. Alterando el aire, los afiches y los estados. Don Cornelio fue un cóctel de rock psicodélico agitado en el cuerpo sin miramientos, digerido con caminatas a cualquier hora de la noche, cualquier día del año. Asimismo, Palo y los suyos fueron también la temeridad, la inexperiencia, la manija de una juventud plena de arte mientras -qué karma- el país se complicaba. Eso y mucho más fueron los Cornelios. Siempre será poco decir.

Puede establecerse una conexión entre el espíritu de Sumo y el de Don Cornelio. Ambos posibles embriones de lo que luego se conocería como rock chabón, pero aquí vale la frase hecha: salvando las enormes distancias. Porque Sumo y Cornelio eran parte de la cultura rock, no la banda de sonido de la decadencia social de los ’90, con birra en las esquinas y cocaína entrando y saliendo de las villas cada vez más pobladas. Aunque como siempre, la banda de Flores supo desmarcarse de cualquier otro.
Luca y los suyos grabaron el hit radial “Los viejos vinagres” para apuntalar su segundo disco, en línea con las expectativas del sello, del productor, del manager, del dueño de la radio. Que pensaban en una presentación en Obras, en una gira, en mayor difusión y en todo lo que se planifica desde una oficina. La reacción de Don Cornelio al momento de su segundo disco “Patria o Muerte” fue muy distinta. Vale decir, desconcertante. Un gesto artístico puro e inigualable.

Las cosas han cambiado mucho. El rock dejó atrás sus días dorados. Si continúa teniendo un discurso, parece segmentado para las nuevas audiencias: rock vegano, rock lesbiano, rock amigue del trap, del rap, del autotune, del algoritmo, listo para los lanzamientos de singles y de duetos. También el rock-Coldplay, diseñado para la fiesta colorida que debe emocionar. O las giras de los 30 años de tal artista o de tal disco, eventos adecuados para que los padres asistan con sus hijos. Antes de esto el rock tenía otras variantes monetizables (incluso el punk o el grunge lo fueron) pero ni ayer ni hoy Don Cornelio encajó ni encajaría fácilmente.
«Taza de té chino» – Tema de Don Cornelio que incluye la frase «pozoguerrilleroirascible», que le da nombre al libro
Volviendo puntualmente al libro, hay justicia en su publicación así como en el método que aplicó Santiago Segura. Armó esta biografía juntando corazones y voces cercanas. Que reconocen a esta banda única, que la abrazan, que (se) la explican, que la perpetúan para sus pares, y también por si algún millenial o quienes los sucedan sintieran curiosidad por conocer a Don Cornelio. Pueden escuchar sus canciones y leer su historia para apreciar cómo brilla todavía esta luna de fuego. Esta joya oscura del under, su hábitat natural. Sí, resulta gratificante contar con esta obra impresa en papel, a la que tuve el placer de aportar algunas anécdotas. Porque el libro es un formato o soporte que marida bien con aquella época analógica. Lo injusto es que hoy mismo Palo Pandolfo no pueda sostenerlo con sus manos.
Quique Pérez
POZOGUERRILLEROIRASCIBLE – DON CORNELIO Y LA ZONA – Una biografía de los ’80 – De Santiago Segura para Vademécum Editorial dirigida por Roque Di Pietro.
Don Cornelio y La Zona fue una banda de rock que agitó la segunda mitad de los ’80, cuyo cantante y letrista fue el recordado Palo Pandolfo. Dejaron una marca con apenas dos discos de estudio y no demasiados shows en vivo, que no solían ser masivos por otra parte. El mes pasado se presentó en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires un libro que refleja su trayectoria y legado artístico. Quien escribe las siguientes líneas es simplemente un fan rionegrino de este grupo de culto, a quienes pudo ver en vivo un par de veces y que aportó algunos recuerdos para esta primera edición, a pedido de su autor.
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