8 ideas refrescantes para calmar tu piel después de la exposición al sol
Consejos para que sigas disfrutando del verano sin ninguna molestia.
No hay nada como disfrutar de los placeres del sol. Pero después de horas y horas de exposición a los rayos UV, la piel puede arder y volverse más sensible. Por eso el protector solar es un elemento imprescindible para protegerte de los efectos del sol.
Además, en las noches muy calurosas, las molestias pueden perturbar el descanso y contribuir al mal humor.
Para ayudarte a hidratar y refrescar tu piel, y la dejes renovada y protegida para los próximos días de calor, hemos reunido 8 sencillos pero efectivos consejos para que sigas disfrutando del verano sin ninguna molestia.
Tomar mucha agua
Otras bebidas refrescantes pueden complementar la hidratación, pero es importante prestar atención a los ingredientes y cantidades consumidas. El agua de coco, por ejemplo, es rica en potasio y sodio, minerales que, en exceso, pueden afectar a los riñones y alterar el equilibrio electrolítico, dando lugar a síntomas como mareos, calambres y fatiga.
Apuesta por los helados de frutas (con moderación)
Las paletas de helados de frutas elaboradas con ingredientes naturales, sin adición de grandes cantidades de azúcar ni colorantes artificiales, son la mejor opción para quienes buscan un refresco ligero y saludable en el calor. No solo ayudan con la hidratación, sino que también evitan el consumo excesivo de calorías y aditivos.
Los helados cremosos, en general, tienen un mayor contenido de grasa y azúcar, lo que puede afectar negativamente la salud de la piel, promoviendo inflamaciones, como el acné, y desequilibrios nutricionales.
Es importante tener cuidado con las paletas industrializadas y ultraprocesadas, que muchas veces contienen exceso de azúcar, colorantes y aditivos.
Usar agua termal
Ayuda a refrescar la piel y aliviar la sensación de calor, además de contener minerales que pueden calmar la irritación, hidratar y reforzar la barrera cutánea. Lo ideal es pulverizarlo sobre rostro, cuello y escote, evitando zonas muy sensibles, como los ojos.
Usar un atomizador con agua “normal” puede ayudar a refrescarse, pero no ofrece los mismos beneficios calmantes y reparadores que el agua termal, especialmente si se usa agua clorada o de baja calidad, que puede resecar la piel.
Evitar bañarse con el agua muy fría
Pueden ser refrescantes, pero no se recomiendan para todos, especialmente para aquellos con afecciones como alergias al frío o problemas circulatorios, ya que el agua fría puede desencadenar reacciones adversas. Y, en el caso de quemaduras solares o piel sensibilizada después de un día completo en la playa o piscina, pueden dañar la piel.
Según los expertos, lo ideal es optar por baños con agua fría o tibia (en torno a 37°C), que son beneficiosos para mantener la hidratación natural de la piel y aliviar la sensación de calor y el dolor de las quemaduras solares. Los baños muy calientes pueden eliminar la barrera protectora natural de la piel, favoreciendo la sequedad e incluso problemas como la dermatitis.
Cuidar la piel después de bañarse es fundamental
¿Quién no ha tomado alguna vez demasiado el sol y, tras el baño, ha sentido la piel más caliente –sobre todo en cara, cuello y espalda– o una sensación de quemazón? Después de bañarse, es imprescindible utilizar productos hidratantes y calmantes, ya que la piel, resecada por el sol, el viento y el contacto con agua salada o clorada, absorbe mejor los productos en este estado.
Optá por lociones o geles ligeros, como los formulados con aloe vera, calamina, agua termal o cremas sin fragancias ni alcohol, que ayudan a restaurar la barrera cutánea y a aliviar las molestias causadas por el sol. Para las zonas más sensibles, optá por cremas hidratantes específicas, pero evitá las que contengan perfume. También se pueden utilizar compresas frías elaboradas con agua termal o té de manzanilla para aliviar las zonas calientes o irritadas.
Técnica del saché de té frío
La manzanilla, en particular, puede ayudar a calmar las zonas sensibles después de la exposición al sol, como el cuello y la cara. La planta tiene propiedades antiinflamatorias y calmantes que ayudan a reducir el enrojecimiento y la sensación de calor, proporcionando un enfriamiento inmediato.
Dejá enfriando sachés de té de manzanilla en la nevera. Luego aplicá las bolsitas de té directamente sobre la piel o utilizar compresas frías hechas con el líquido.
Mojá la nuca y las muñecas del cuerpo con agua fría
Esta es una estrategia eficaz para refrescar el cuerpo, proporcionar alivio inmediato y ayudar a regular la temperatura interna, previniendo caídas de presión arterial, mareos y molestias en noches (y días) muy sofocantes. La nuca y las muñecas son zonas con alta circulación sanguínea y pueden ayudar a disipar el calor rápidamente. En ambientes cerrados, las toallas o compresas humedecidas con agua fría también tienen la misma función refrescante.
Elegí tejidos ligeros para dormir
Algunos tipos de tejidos para sábanas y pijamas promueven una mayor sensación de frescor y transpirabilidad, como el algodón, materiales más transpirables que ayudan a mantener una temperatura corporal más estable.
Las sábanas con un número de hilos entre 200 y 400 son las más adecuadas para quienes sienten mucho calor por la noche. Además, la alta densidad de hilos puede comprometer la transpirabilidad del tejido.
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