Gustavo Lesgart visitará Roca: La danza es el otro

El coreógrafo estará en Roca en los próximos días para comenzar con las Tutorías de Creación en Danza, que dictará en las instalaciones del IUPA.

Con dos jornadas, las del jueves y viernes próximos, Gustavo Lesgart comenzará en el Instituto Universitario Patagónico de las Artes (IUPA) a motorizar cuatro sesiones de Tutorías de Creación en Danza, que continuarán 24 y 25 de junio, 18 y 19 de agosto, y 15 y 16 de setiembre.

Coreógrafo, bailarín, creador de espectáculos, piezas de danza contemporánea, y docente de técnicas del movimiento, Lesgart viene de un 2016 intenso: “El año pasado fue muy fuerte, hice dos obras en las que participaba también como bailarín (“Sentimental” y “Preludios a la nada”), así que fue demasiado quehacer porque dirigir y bailar es mucho…”, comienza diciendo Lesgart durante su encuentro con “Río Negro”.

P- En fútbol, si vale la comparación, es raro encontrar un técnico que a la vez juegue. Vos asumiste las dos… Hay un poderoso imán allí que te atrae.

R- Sí, en realidad son la misma actividad con diferentes vertientes, al igual que mi labor docente. Desde un principio, la idea era ser bailarín, después de obras de otros, tuve la necesidad de hacer la mía propia; y a la par hay cuestiones relacionadas con profesionalizar la danza en Argentina. Según a qué te dediques es muy, muy difícil. Siempre…

De modo que voy alternado las tres ocupaciones que son parte de mí. Y es cierto lo que decís, no sucede en el deporte; hay más casos en el teatro, ahora está actuando y dirigiendo (Rafael) Spregelburd una pieza que además escribió (“La terquedad”). En la danza, depende también de la edad de los bailarines. Yo estoy cumpliendo cincuenta años y todavía no me bajo del escenario, aunque no son tantos los de mi generación que sigamos bailando. Pero, hasta que dé el cuerpo y tenga el deseo y la necesidad de hacerlo, es bienvenido. Hay algo de la actividad, sí, que me sigue convocando…

P- En la información sobre las Tutorías que en días más van a comenzar en el IUPA, subraye párrafos como “construir el camino desde lo simple hacia lo complejo”. Parece tan sencillo de decir. Debe ser así, pero no siempre lo es…

R- También yo pienso en la complejidad de lo simple. Lograr ser sencillo es de una gran complejidad, porque hay que deshacerse de un montón de cosas que traemos, culturales, de la propia experiencia. A mí, al menos, no me fue fácil ser simple en los inicios. Y ahora entiendo cuánto me he tenido que quitar para lograrlo. En el párrafo que citás, algo se relaciona con cómo empezar o desarrollar una tarea física, y en nuestro caso es complicado porque los bailarines estamos habituados a entrenar y habilitar asuntos muy arduos en el cuerpo, y porque la enseñanza, el aprendizaje de la danza, estuvo en general focalizado en la construcción de lo complejo. Dar la posibilidad de trabajar físicamente, cuestiones de mucha simpleza, obliga a limpiarnos de muchas cosas y no es fácil.

P- Sigue la frase: una danza fácil. Y eso requiere mucha formación, conciencia de sí mismo, entrega del cuerpo al baile…

R- En los que así sucede, hay años de trabajo, de experimentación. Ese cuerpo no viene solo, sino con todo el bagaje del entrenamiento y de haber pasado por diversas prácticas, afinando y afilando el instrumento, desde los puntos de vista físico y emocional, para que trasmita emoción. Eso es de muchísimo trabajo y de una complejidad enorme. Hacer que se vea fácil es además un objetivo y no todo el mundo logra esa suerte de magia que hace parecer que cualquiera puede realizarlo. Es una habilidad superior, única, que se desarrolla. Lleva mucha tiempo conseguirla, por eso es bien difícil abandonarla…

Sentidos abiertos

“La danza contemporánea ha ido tomando diversas vertientes”, explica Gustavo. “Hay muchos estudios que especifican algunas cuestiones. Con ese título hablamos de algo relacionado con la improvisación y el trabajo en grupo y con cómo abordar la relación de las personas, dentro de él. En los últimos diez, doce años, he venido obrando con el sentido del tacto, primordial y fundamental, padre de todos los sentidos, en la danza. Especialmente en la contemporánea que trabaja en espacios y en situaciones de volumen. Por eso, además de poner en forma nuestro cuerpo individual, trabajamos en uno grupal, donde el contacto entre cuerpos logra que el individuo ingrese en la conciencia de conjunto”.

“Para mí, así como en la danza clásica hay una étoile, una figura central, en la contemporánea la estrella es el grupo. Y trabajar en él es un aprendizaje, un entrenamiento fuerte. Volviendo al deporte, cuando un equipo funciona bien, todos saben el rol que deben ocupar, con un mismo objetivo pero desde lugares diferentes. Yo la llamo danza de colaboración y algunos de los que participaron en los talleres, la denominan comunitaria.

P- Valioso en medio de un creciente individualismo.

R- Trabajamos para un conjunto, dentro de cual es básico no disolverse, no abandonarse, no perder conciencia del uno dentro de la totalidad, para no ir a la deriva dentro de la masa. Hacemos ejercicios de cómo desequilibrarse dentro del grupo y lograr que cada uno de sus miembros esté también fuera de eje, de centro. Para que esos desequilibrios armen un equilibrio grupal.

P- Te veo como un arquitecto.

R- Bueno, casi lo fui. Estudié hasta el cuarto año de la carrera (en la Universidad Nacional de Rosario, ciudad donde nació). Fui preparado desde mis doce años para serlo, en escuela técnica, soy maestro mayor de obra. Estos pensamientos me vinieron, en principio, de la danza, y promediando mis cuarenta, volví a la arquitectura, leyendo arquitectos. Porque trabajo con lo mismo, con el espacio y el tiempo.

P- Mencionaste también volúmenes, redes…

R- En las clases hablo del plano y la volumetría, de cómo lo que da soporte en la tierra encuentra posibilidad de alzarse al espacio y crear volumen. Pasa que nuestras construcciones son móviles (sonreímos). Es interesante leer arquitectos que se refieren a una arquitectura hecha para la experiencia vivida, del cuerpo en el espacio, y no para el goce visual (como el finlandés Juhani Pallasmaa), hecha para el tacto y no para el ojo. Para habitar, una experiencia del cuerpo completo…

Quién es

Gustavo Lesgart

Formado y perfeccionado en técnicas de Nueva Danza e Improvisación en Estados Unidos y Europa, donde vivió doce años, con los maestros David Zambrano, Kirstie Simson y Jeremy Nelson, entre otros, en 2000 fue becado por la European Cultural Commission para estudiar un postgrado en Técnicas de New Dance en Bélgica, bajo dirección de Anne Teresa de Keersmaeker. En 2002 se mudó a España, donde colaboró varios años con los coreógrafos Nigel Charnock, Àngels Margarit Vinyals, Alexis Eupierre y Alex Rigola. En 2009, recibió el Diploma al Mérito a la Trayectoria de Fundación Konex. Se desempeñó como intérprete y coreógrafo de Eclipse, obra estrenada en el Festival del Rojas 2011, que incursiona en las técnicas Contact Improvisation y Flying-Low, a dúo con Carlos Casella.

“Para mí, así como en la danza clásica hay una étoile, una figura central, en la contemporánea la estrella es el grupo”,

sostiene Gustavo Lesgart, acerca de su mirada de la danza.

Tutorías 2017

de creación en danza

El jurado presidido por Gustavo Lesgart, acompañado por el Rector del IUPA Gerardo Blanes y la directora del departamento de teatro, Silvana Calicchia, seleccionará tres proyectos que podrán llevarse a cabo dentro de las Tutorías 2017 de Creación. Lesgart y Calicchia, acompañarán a los jóvenes artistas como tutores de las propuestas, cuya convocatoria finalizó el viernes 12.

TocarMirarMover

Son acciones fundantes igual que ser tocado, ser mirado y ser movido. Gustavo Lesgart ofrecerá cuatro sesiones de práctica y perfeccionamiento en Danza Contemporánea, a bailarines y estudiantes de danza y/o de teatro interesados en técnicas de movimiento. Su objetivo es construir el camino desde lo simple hacia lo complejo, sin abandonar por ello la idea de una danza fácil. Además de la muestra de trabajos el sábado 14 de octubre, como ocurrió en ediciones anteriores de Tutorías, se programarán obras coreográficas de artistas locales y regionales.

Datos

“Para mí, así como en la danza clásica hay una étoile, una figura central, en la contemporánea la estrella es el grupo”,

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