Hora de gobernar, con dos años por delante

Será el inicio formal de las gestiones de los intendentes y gobernadores. Es que entre elecciones y pandemia se fueron dos años que implican nada menos que la mitad de una gestión normal para un gobernador o un intendente. Y no es que no hayan hecho nada con sus mandatos, pero la pandemia alteró todo.

Se dedicaron en el caso de los gobernadores a administrar la salud básicamente y postergaron un montón de otras acciones que recién ahora empiezan a asomar y se chocan con las limitaciones que impone la crisis económica del país.

Y en el caso de los intendentes, con localidades encerradas por más de un año, se dedicaron a mantenimientos generales, a administrar sanciones y a medir el rigor de las restricciones según el humor social. Si se quiere es también una forma de gobernar, pero no para la que fueron elegidos.

A nadie lo eligieron para administrar una pandemia y claramente fue un imprevisto, prueba dura para gobernantes, pero imposible de prever.

Ahora empieza el tiempo de las respuestas concretas, que las casas que se anuncian sean casas terminadas, que las cloacas desbordadas dejen de ser moneda corriente, que los servicios públicos funcionen como se debe sin la necesidad de apelar al justificativo de la pandemia porque ya la apertura es total en cada localidad.

Podríamos decir que empiezan a gobernar de verdad, porque la gestión municipal y también la provincial empezarán a ser más visibles.

La pandemia fue un problemón para el mundo entero, para la provincia y para las ciudades, pero en muchos casos se usó como excusa para la inacción.