El papa Francisco a 17 días de su internación: pasó otra noche «estable» y con pronóstico «reservado»

Desde el Vaticano compartieron el nuevo parte médico del papa este domingo.

El estado de salud del papa Francisco aún sigue preocupando a la comunidad católica. Cada día se espera un reporte nuevo y a la vez, sus seguidores de la Iglesia rezan por una pronta recuperación. En nuevo informe médico confirmaron que pasó otra noche «estable», pero con pronóstico reservado.

El papa Francisco, cuyo estado de salud es «estable» tras sufrir una crisis respiratoria el viernes, pasó una noche «tranquila», informó el Vaticano. Este domingo se cumplen 17 días desde su hospitalización en la clínica Gemelli de Roma.

«La noche fue tranquila. El papa todavía descansa», indicó la Santa Sede en un breve comunicado.

Desde su hospitalización el 14 de febrero por una bronquitis, que derivó en una doble neumonía, el Santo Padre de 88 años no ha realizado ninguna aparición pública y tampoco dirigirá este domingo el Ángelus, por tercera semana consecutiva.

Su estado de salud es «estable», aunque su pronóstico sigue siendo «reservado«, según el último informe médico difundido el sábado por la noche.

El papa Francisco tras su internación que levantó todas las alarmas


El viernes saltaron de nuevo todas las alarmas, cuando el líder religioso sufrió una crisis respiratoria de «broncoespasmo» que empeoró su estado de salud, tras días de mejorías.

Los médicos se dieron el sábado y el domingo para evaluar el impacto de esta nueva recaída en su estado de salud. 

El primer papa latinoamericano no registró desde entonces nuevas crisis y mantiene su tratamiento basado en alternar «ventilación mecánica no invasiva con largos períodos de oxigenoterapia», junto a la «fisioterapia respiratoria», indicó el informe del sábado.

Esta hospitalización, la cuarta y más larga desde 2021, genera preocupación por los problemas previos que debilitaron la salud de Jorge Bergoglio en los últimos años: operaciones en el colon y el abdomen, y dificultades para caminar.

La situación ha reabierto además los interrogantes sobre su capacidad para desempeñar sus funciones, máxime cuando el derecho canónico no prevé ninguna disposición en caso de un problema grave que pueda afectar a su lucidez.