Controles cambiarios, congelamiento de precios, leyes de abastecimientos, impuestos exorbitantes y aislamiento de las corrientes de inversión y comercio, entre otras medidas, han sido y son el paisaje habitual de las crisis argentinas. Ahora, ¿por qué la República Argentina, parte de sus ciudadanos, se caracterizan por su bostezante recurrencia en apoyar políticas económicas que han evidenciado en el tiempo su fracaso? Aunque no resistan la evidencia empírica, desde la llegada de Roberto Feletti