Exclusivo Suscriptores

Otro caso expone la mala praxis en prácticas médicas en Roca: el drama de Fiorella y su familia

En 2016 una operación terminó con un daño irreversible para una niña de Huergo. Hubo medidas extraordinarias durante el proceso y ahora la causa civil esta cerca de tener una definición.

La causa en la Justicia civil por la mala praxis que sufrió Fiorella cuando tenía siete años en 2016 está cerca de llegar a una definición en los juzgados de Roca.

Según pudo saber Diario RÍO NEGRO, las partes estarían prontas a llegar a un acuerdo por el monto indemnizatorio, en una caso que tiene ya sus particularidades pues la Justicia dispuso hace dos años pagos preventivos para evitar perjuicios en la salud de la adolescente de 16 años y de su entorno directo familiar, que se vio afectado directamente por el cambio de vida que significó el estado en que quedó Fiorella tras la fallida intervención quirúrgica.

El caso pone en evidencia ciertas prácticas que se realizan en los centros médicos, que se han convertido en comunes, y en donde los pacientes quedan expuestos a riesgos durante operaciones quirúrgicas o en los consentimientos que se otorgan.

El caso, que involucra a un anestesista y a un traumatólogo del sanatorio Juan XXIII de Roca, y va camino a una definición, vuelve a escena días después de que la justicia penal imputara al anestesiólogo que participó de la cirugía de Valentín Mercado Toledoel niño de cuatro años que murió en julio tras un procedimiento quirúrgico programado en el sanatorio Juan XXIII. La acusación formal lo responsabiliza por homicidio culposo.

Una de las marchas que pidieron justicia por Valentín en Roca. Archivo

Según pudo saber Diario RÍO NEGRO, las partes estarían prontas a llegar a un acuerdo por el monto indemnizatorio, en un caso que tiene ya sus particularidades pues la Justicia dispuso hace dos años pagos preventivos para evitar perjuicios en la salud de Fiorella, la ahora adolescente de 16 años, y de su entorno directo familiar, que se vio afectado directamente por el cambio de vida que significó el estado en que quedó tras la fallida intervención quirúrgica.


El caso, que involucra a un anestesista y a un traumatólogo del sanatorio Juan XXIII de Roca, y va camino a una definición, vuelve a escena días después de que la Justicia penal imputara al anestesiólogo que participó de la cirugía de Valentín Mercado Toledo, el niño de cuatro años que murió en julio tras un procedimiento quirúrgico programado en el sanatorio Juan XXIII. La acusación formal lo responsabiliza por homicidio culposo.


La causa de Fiorella comenzó en 2016 tras un operación que le produjo un daño irreversible. Previamente había sufrido un accidente vial una lesión que requería una operación en su columna vertebral. Miembro de una familia de pocos recursos de Huergo, a la entonces niña se le debía realizar un intervención quirúrgica que revestía complejidad, pero nada hacía pensar que podía terminar tan mal.


Según pudo reconstruir Río Negro, a Fiorella le practicaron el 7 de mayo de 2016 una cirugía de columna vertebral durante la cual sufrió una pérdida de sangre no advertida oportunamente por los profesionales, lo que derivó en un paro cardiaco. La familia planteó a través de su abogado que como resultado de las omisiones y negligencias en el cuidado de los médicos la menor sufre una “encefalopatía crónica no evolutiva”.

Los informes de los peritos



El especialista Ismael Hamdan presentó su informe pericial en mayo de 2022 y en sus conclusiones, afirmó que Fiorella padece “tetraparesia espástica, daño cerebral con deterioro cognitivo severo, afasia, incontinencia esfinteriana y trastornos digestivos. Siendo este cuadro una secuela neurológica producida por una encefalopatía hipóxica cerebral, por la cual se le asigna un porcentaje de incapacidad del 99% de tipo permanente y carácter definitivo, requiriendo supervisión permanente”.


El 5 de junio de 2023 el Cuerpo de Investigaciones Forense del Poder Judicial, por su parte, coincide en la valoración de la incapacidad dada por Hamdan: “La condición actual de Fiorella se corresponde con un daño orgánico cerebral que requiere de supervisión permanente, lo que corresponde a un porcentaje de incapacidad comprendido entre el 81 y el 100%”, cuyo nexo de causalidad se relaciona con el episodio ocurrido durante la intervención quirúrgica del 7 de abril de 2016.


El CIF también se expresó sobre el consentimiento informado a los padres antes de la operación en la clínica. Indicaron que “por lo expresado, el documento analizado no permite conocer si la madre de Fiorella estaba al tanto de los riesgos del procedimiento de manera clara y detallada. Tampoco es posible determinar si la misma estaba al tanto de procedimientos alternativos, entre otras partes reguladas por la Ley. Respecto al padre de Fiorella, no se observa registro de su firma en la documentación observada.”


Al analizar el rol de los profesionales, el CIF planteó que “un incidente hemorrágico es una situación que puede ocurrir en el procedimiento llevado a cabo. Por lo tanto, dicha situación debería preverse con antelación para dar tratamiento adecuado y oportuno. Por ello, teniéndose en cuenta todo lo extraído del análisis de la documentación, no se comprende el motivo por el cual se produjo un estado mórbido de tanta severidad”.


El cuerpo especializado agregó: “Esto hace que no se explique el motivo por el cual se produjo una pérdida tan grave del nivel de volemia como producto de una hemorragia ubicada en el lecho quirúrgico, sin que la misma pudiera ser adecuada y oportunamente atendida”.


Por su parte la perito de parte, la doctora Roxana Corazza Corazza, que actualmente integra el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia, también alertó sobre la incongruente consignación de datos durante toda la descompensación clínica y el paro cardiaco por hipovolemia,“ lo cual es insostenible científica y fisiológicamente. Mencionó la falta de delimitación temporal del sangrado profuso y la demora en la solicitud de sangre a hemoterapia, indicando fallos en la comunicación entre los servicios”.
Entre el material que figura en la causa está también un informe psicológico sobre el impacto que el hecho tuvo en los restantes seis miembros de la familia de Fiorella.

El impacto psicológico en la familia



La pericia psicológica realizada en 2022 por la licenciada Gisella Bertaña indicó que el padre de Fiorella ya no pudo trabajar realizando changas para generar ingresos extras por tener a su cargo el cuidado de sus hijos.


“Dejó de jugar al fútbol y jugar con sus hijos, se siente preocupado continuamente por la situación económica. Presenta daño psicológico irreversible, consolidado, compatible con el diagnóstico de trastorno mixto ansioso-depresivo correspondiéndose con un porcentaje de incapacidad del 25%”.
A la madre, L. se le observaron indicadores de ansiedad y angustia compatibles con trastorno mixto afectivo, correspondiéndose con daño psicológico irreversible, de tipo moderado valorado en un 25% de incapacidad.


A los 4 hermanos se les determina daño psicológico irreversible correspondiente a desarrollos reactivos de carácter severo con un porcentaje del 30% de incapacidad.


Dentro del alegato presentado por el letrado de la familia, Ariel Balladini, se asegura que incluso se llegó al extremo de falsear los datos consignados en la historia clínica “con la espuria finalidad de sustraerse a las obligaciones, inconducta (…) y teniendo presente las severísimas consecuencias que ello provocó en los actores quienes debieron haber percibido la indemnización hace ya bastante tiempo y no someterlos a un trato ciertamente indigno a partir de la situación de extrema vulnerabilidad en que fueron colocados”.


La causa en la Justicia civil por la mala praxis que sufrió Fiorella cuando tenía siete años en 2016 está cerca de llegar a una definición en los juzgados de Roca.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite desde $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora