Caso Lucas Muñoz: suman una junta médica para revisar la causa
Está conformada por miembros del cuerpo médico forense del Poder Judicial provincial. Analizarán los informes de autopsia y de estudios complementarios.
El homicidio del policía Lucas Muñoz sigue impune. La investigación para intentar esclarecer el caso trata de tomar nuevo impulso con los fiscales Juan Pedro Peralta y Paula Luque, pero hasta el momento no surgió ninguna evidencia ni testimonio que permita descubrir la verdad.
Desde la Procuración señalaron que los fiscales se reunieron el martes en Viedma con integrantes del cuerpo médico forense. Comentaron que se conformó una junta médica exclusiva para evaluar los informes de autopsia, análisis de ADN, estudios histopatológicos y entomológicos que se hicieron durante los primeros años de la investigación.
Indicaron que esa junta la conforman el jefe del cuerpo médico forense del Poder Judicial, Gabriel Navarro, y sus pares de la Primera, Segunda y Cuarta Circunscripción Judicial.
Aseguraron que los fiscales decidieron seguir con la revisión del expediente del caso Muñoz durante la feria judicial de estos días.
Fuentes con conocimiento del caso informaron ayer que Peralta estuvo el jueves en Bariloche para tomar contacto directo con parte del voluminoso expediente que falta revisar. Además, estuvo en el lugar donde hallaron el cadáver de Muñoz el 10 de agosto de 2016 ejecutado con un tiro en la cabeza.
Su visita coincidió con los 7 años que se cumplieron desde que a Muñoz lo vieron con vida por última vez. El policía salió minutos después de las 13 del 14 de julio de 2016 de su domicilio, ubicado en el centro de Bariloche. Vestía su uniforme y portaba su arma reglamentaria porque se dirigía a trabajar en la comisaría 42 de Bariloche. Nunca llegó.
Testigos declararon que lo observaron descender de un colectivo del servicio de transporte público en el barrio El Frutillar. Allí, su rastro se perdió. Su misteriosa desaparición se dio en un contexto plagado de confusiones y procedimientos ilegales ejecutados por empleados policiales que fueron años después condenados. Y con desplazamientos de jefes policiales por orden del entonces gobernador Alberto Weretilneck. Las sospechas apuntaron a una feroz interna policial en la provincia.
El cuerpo sin vida de Muñoz apareció en un descampado en horas del mediodía del 10 de agosto de 2016. Para el desconcierto de los investigadores estaba aseado, vestido con su uniforme, tenía su arma, sus documentos y hasta su celular. A pesar de que el autor o los autores del crimen dejaron todo a disposición de los investigadores, el cuerpo estaba limpio. No hallaron rastros ni pruebas que permitan identificar a los responsables de un crimen que provocó una crisis en la Policía rionegrina y un remezón en el gobierno provincial.
Peralta y Luque, que cumplen funciones en Viedma, tomaron la posta en la investigación en marzo pasado por disposición del fiscal general Fabricio Brogna. Relevaron al fiscal de Bariloche Martín Govetto, que estuvo al frente del caso desde julio de 2016, sin obtener avances.
La decisión se precipitó tras el hallazgo a finales de enero pasado del chaleco antibalas, de dos cargadores y otros elementos que pertenecieron a Muñoz. Estaban en un depósito de la comisaría 42, donde el policía asesinado cumplía funciones. El hecho generó consternación y desconcierto. Los elementos fueron enviados a Viedma para su peritación.
Las fuentes consultadas aseguraron que hasta el momento no hallaron ningún indicio ni prueba relevante para la investigación del análisis de esos artículos.
Lo desconcertante es que esos elementos fueron encontrados a finales de enero pasado, en una comisaría que fue allanada varias veces durante el 2016 cuando Muñoz estaba desaparecido y tras el homicidio.
Pasan los años y el “pacto de silencio” en torno del crimen de Muñoz no se desmorona. Sus compañeros de la Policía no aportaron información relevante. En 7 años de investigación no se puso descubrir dónde estuvo oculto o cautivo durante 27 días. Mucho menos quién apretó el gatillo y lo ejecutó.
El homicidio del policía Lucas Muñoz sigue impune. La investigación para intentar esclarecer el caso trata de tomar nuevo impulso con los fiscales Juan Pedro Peralta y Paula Luque, pero hasta el momento no surgió ninguna evidencia ni testimonio que permita descubrir la verdad.
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