El crimen de Otoño Uriarte tiene culpables: los cuatro acusados fueron condenados en Cipolletti

Después de 18 años, la justicia de Cipolletti declaró culpables a cuatro hombres por el crimen de Otoño Uriarte. La joven de 16 años fue asesinada en 2006 en Fernández Oro.

El tiempo no borró la ausencia de Otoño Uriarte. Su rostro, congelado en la imagen de una adolescente de 16 años, siguió mirando desde fotos y pancartas de protesta. Durante 18 años, su familia luchó contra el silencio y la impunidad. Y ahora, finalmente, el grito de justicia retumbó en Cipolletti: cuatro hombres fueron declarados culpables por su asesinato.

El tribunal de juicio, conformado por la jueza María Florencia Caruso, Amorina Sánchez Merlo y Juan Puntel, determinó que Ángel Germán Antilaf, José Hiram Jafri, Ricardo Néstor Cau y Maximiliano Manuel Lagos participaron en el crimen de la joven. La sentencia, anunciada tras trece audiencias en doble jornada, cerró una de las heridas más profundas de la comunidad de Fernández Oro.


El plan macabro: cómo asesinaron a Otoño Uriarte


El 23 de octubre de 2006, Otoño salió de su casa en Fernández Oro. Esa noche nunca volvió. La investigación probó que los cuatro imputados habían trazado un plan: le robaron la bicicleta para obligarla a regresar caminando por una zona oscura. Allí la interceptaron. La retuvieron contra su voluntad y la llevaron a un lugar donde fue brutalmente atacada.

Las pruebas periciales revelaron que la joven sufrió agresiones físicas y un ataque con un objeto punzocortante en el lado izquierdo del tórax y la axila. Murió en ese lugar, aunque no se determinó que esa puntada le haya dado el golpe final para terminar con su vida.

Luego, su cuerpo fue ocultado y trasladado hasta el canal principal de riego. Durante meses, la incertidumbre devoró a su familia y a toda la comunidad. Su cadáver fue hallado recién el 24 de abril de 2007, sumergido en el agua con peso en las piernas.


Pruebas clave: testimonios y pericias científicas


Los testimonios fueron determinantes en la reconstrucción del crimen. Un matrimonio observó una camioneta blanca en la zona donde desapareció Otoño. Aunque no pudieron ver si la víctima estaba dentro, la escena coincidió con el momento en que fue secuestrada.

Pero fue la odorología forense la que dio un giro crucial en la causa. Perros rastreadores detectaron el olor de la joven en la casa de los hermanos Jafri y Cau. Además, en la escena del crimen se halló un trozo de nylon negro con rastros genéticos compatibles con los acusados. La investigación determinó que Otoño había estado en la vivienda de los imputados antes de su muerte.

Otro indicio clave fue el celular de la víctima, que apareció quemado. Se confirmó que los agresores intentaron borrar cualquier rastro del crimen.


La estrategia de los acusados y el fallo del tribunal


Durante el juicio, las defensas intentaron desacreditar las pruebas y sostuvieron hipótesis alternativas, como el suicidio. Sin embargo, los jueces rechazaron esos argumentos. Consideraron que las pruebas reunidas —testimoniales, científicas y de contexto— demostraron que los cuatro acusados actuaron en coautoría.

La sentencia destacó que la privación de la libertad fue premeditada y que los imputados sabían que Otoño no podría escapar ni pedir ayuda. «La responsabilidad no recae en un solo individuo, sino en el grupo que coordinó cada acción», afirmaron los jueces.

Con el fallo de culpabilidad, la causa entra ahora en la etapa de cesura, en la que se definirá la pena que recibirán los condenados.


Un pedido de justicia, una llama que nunca se apagó


El nombre de Otoño Uriarte se convirtió en símbolo de lucha. Año tras año, su familia, amigos y vecinos marcharon por justicia. Durante mucho tiempo, la causa estuvo estancada, pero el esfuerzo de su padre, Roberto Uriarte, y de la abogada querellante Gabriela Prokopiw, mantuvo el reclamo vivo.


Los condenados permanecerán en prisión preventiva


Tras la declaración de culpabilidad, se abrió la segunda etapa del juicio, en la que se definirá la condena para cada acusado. En este contexto, la Fiscalía solicitó que los imputados permanezcan detenidos con prisión preventiva.

«No hay una medida cautelar menos gravosa que la prisión preventiva para garantizar que se cumpla la condena», argumentaron desde el Ministerio Público Fiscal.

La defensa de los acusados pidió tiempo para analizar la situación con sus representados, por lo que el tribunal decretó un cuarto intermedio antes de resolver sobre la solicitud.

«Hay que minimizar los riesgos», dijo la jueza y completó: «Vamos a ordenar la medida cautelar para Jafri, Cau y Lagos». No así a Antilaf, ya que se encuentra detenido por otro hecho por robo calificado.


El tiempo no borró la ausencia de Otoño Uriarte. Su rostro, congelado en la imagen de una adolescente de 16 años, siguió mirando desde fotos y pancartas de protesta. Durante 18 años, su familia luchó contra el silencio y la impunidad. Y ahora, finalmente, el grito de justicia retumbó en Cipolletti: cuatro hombres fueron declarados culpables por su asesinato.

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