Femicidio de Gisela Fuentes en Centenario: cuántos días durará el juicio y quiénes declararán

En 2023 hubo nueve femicidios en Neuquén, uno de ellos fue el de Gisela Fuentes, cuyo imputado es su expareja, Roberto Figueroa, que será juzgado desde este jueves 1 de agosto. El hombre está acusado de haber ingresado por la fuerza a la casa donde vivía la mujer, haberle disparado a ella y herido a Alejandro Cabrera, el hombre que la acompañaba.

En total están previstas seis jornadas de juicio. Declararán alrededor de 40 testigos. El fiscal jefe, Agustín García, sostendrá la acusación ante el jurado popular (de doce integrantes) que deberá definir la responsabilidad de Figueroa. El defensor es el abogado particular Gustavo Palmieri. El juez Lucas Yancarelli dirigirá las audiencias.

En Neuquén se necesitan como mínimo ocho votos para un veredicto condenatorio.

Este es el primer juicio por femicidio que se realiza en 2024 en Neuquén capital, ya que en el caso de Rosana Artigas el acusado asumió la culpabilidad y luego se suicidó.

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Un antecedente de violencia de género que incluyó un arma

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La fiscalía intentará demostrar que el 1 de octubre de 2023, alrededor de las 7, Figueroa saltó el portón de la vivienda, ubicada en Pablo Neruda 2600, que estaba con candado. Gritó y le exigió a Gisela que le dijera con quién estaba, pidiéndole que lo sacara, que lo iba a matar. La mujer de 41 años tenía tres hijas, una de ellas con él.

El imputado comenzó a golpear la puerta hasta que la abrió. Una vez dentro, Gisela intentó detenerlo, mientras Cabrera se refugiaba en un dormitorio. Fue hasta donde se encontraba el hombre y le apuntó directamente al pecho, a corta distancia. Le gatilló en una primera oportunidad sin que saliera el proyectil. La segunda vez, Cabrera le corrió la mano y logró que se desviara el impacto hacia su propio brazo derecho. Ya herido salió de la casa, corrió del lugar, mientras Figueroa continuaba disparándole.

Fue entonces que volvió a la vivienda, donde se encontraba Gisela, y en el patio delantero la baleó.

El acusado había convivido con la mujer durante 13 años. Ella lo había denunciado por violencia de género, en un ataque muy similar, casi calcado. El 26 de noviembre de 2021, a las 23, y de acuerdo a los registros policiales, Gisela escuchó que alguien pateó la puerta de su casa. Cuando salió a ver, Figueroa ya estaba dentro. Tenía un arma con la que disparó. Aseguró: “el estallido fue tan cerca de mi cara que me aturdió y caí al piso”. Estaba una de sus hijas y un amigo, al que también atacó. No hubo personas heridas.

Se investigó como abuso de armas, pero nunca se le formuló cargos a Figueroa por el hecho. La fiscal Carolina Mauri consideró que no contaba «con la prueba material suficiente para sostener» la acusación. Valoró que la justicia de Familia dictó medidas cautelares para proteger a Gisela, y el hombre las acató. Archivó el caso. Los secuestros que se habían «perdido» en la investigación fueron hallados mucho tiempo después.

La fiscalía ofreció como testigos, entre otros, a los policías que intervinieron en el lugar, personal de criminalística, además del médico forense que practicó la autopsia e integrantes de la Oficina de Violencia del Poder Judicial. Se espera que en la primera jornada declaren, además, el papá y una de las hijas de Gisela.

«Nosotros estamos en condiciones de demostrar que este nivel de violencia muy elevado era recíproco», aseguró Palmieri en el control de acusación, anticipando algo de lo que será su teoría del caso.

La calificación legal es la de homicidio triplemente agravado (por el uso de arma de fuego, por el vínculo y por femicidio), de Gisela, y homicidio simple, agravado por el uso de arma de fuego, en grado de tentativa, de Cabrera. La única pena posible es la prisión perpetua.

Entre 2017 y 2022 en todo el país se utilizaron armas de fuego en casi uno de cada cuatro femicidios, según el último informe de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Las víctimas conocían a los agresores en casi nueve de cada diez casos.